Compartir

Hace unos meses acudimos a la presentación que BYD llevó a cabo del Seal en Madrid, pudiendo probar el coche por una increíble carretera que nos llevó hasta el Pantano del Atazar. Los que conocéis ese tramo sabéis que es una carretera utilizada para el Rally de la Comunidad de Madrid, por lo revirada y sinuosa que es. Llegados a la presa del embalse, me quedé sentado en el interior del Seal, pensando, y llegué a la conclusión de que este coche es sublime, es más, dejando ya de lado a su más directo rival, el Tesla Model 3, al devolverlo y responder a la pregunta de los responsables de prensa de la marca “que te ha parecido”, les contesté, que esto era lo más parecido a otro rival suyo, el BMW i4M que hace también unos meses tuvimos ocasión de probar.

Dejando de lado esta curiosidad que os acabamos de contar, vamos a centrarnos en el protagonista de nuestra prueba, el BYD, el quinto modelo por orden que ha desembarcado en nuestro país, para competir firmemente con sus más directos rivales, los anteriormente mencionados y quizás también por concepto y segmento con el Hyundai Ioniq 6.

Lo primero que vamos a destacar, es que es una de las berlinas eléctricas del mercado con mejor calidad precio, y la razón, es su precio de partida para la versión de acceso, denominada Design que parte en unos muy razonables 46.990€, con un excelso equipamiento, que es prácticamente imposible de ampliar porque no hay apenas opcionales, tan solo es posible cambiar el color exterior y el del interior, el resto, es todo de serie. Nuestra unidad, que se corresponde con el acabado Excellence AWD, parte en los 48.990€, siendo opcional con sobre cargo los colores Indigo Grey y Shadow Green de su paleta.

Estas dos versiones ofrecen 313CV para la primera con un solo motor montado en el eje trasero y 530CV para la segunda, con dos motores y por ende tracción integral. ¿Se puede pedir algo más?

Esta berlina pertenece al segmento D y lo hace con una talla de 4,80 metros de largo, 1,8 metros de ancho y una escasa altura de 1.46 metros, lo que le confiere una imagen deportiva a todo el conjunto que dispone una batalla de 2,9 metros, lo que se traduce claramente en una muy buena habitabilidad para cualquier de sus cinco ocupantes, que podrán disfrutar además de un generoso maletero con 400 litros de capacidad, más un pequeño maletero en la parte delantera de 53 litros, ideal para guardar alli los cables de carga.

Algo destacable de la marca BYD es que el hecho de fabricar sus coches desde 0 y sin proveedores externos les permite hacer cosas únicas, como, por ejemplo, integrar la batería en la estructura del vehículo, lo que hace que aumente la rigidez de todo el conjunto además de reducir la masa. Esto se traduce en que, en caso de accidente, el habitáculo esta mejor protegido siendo además una estructura de una sola pieza por así decirlo que absorbería mejor un impacto, además de favorecer en el habitáculo haciéndolo más amplio.

Por otra parte, les permite también integrar lo que ellos llaman su 8 en 1, y es la integración de toda la propulsión eléctrica que consta de:

  • Unidad control del vehículo
  • Sistema de gestión de la batería
  • Inversor
  • Unidad de distribución de potencia
  • Convertidor de corriente DC-DC
  • Cargador de abordo
  • Motor
  • Transmisión

Y, por último, es que todos los componentes de fabricación y el software al ser de un mismo fabricante no tienen problemas de comunicación y pueden ser actualizados a la vez porque no dependen de un tercero. Esto, en los coches eléctricos, es hoy en día la clave del éxito, algo que BYD ha sabido explotar.

DISEÑO SINGULAR

El BYD Seal tiene un diseño que en la marca denominan Ocean Aesthetics, o lo que es lo mismo, está inspirado en el fondo marino, algo que también hemos podido ver en su hermano pequeño el Dolphin y que podemos ver en detalles del exterior y del interior del coche. Su coeficiente aerodinámico es digno de mencionar siendo de un 0,22.

En la parte frontal vemos un diseño bajo y muy afilado, dejando una sección limpia al carecer de ningún tipo de parrilla delantera que enturbie la vista. La iluminación LED está presente en toda la forma lumínica del coche.

Si hay una vista que da cuenta de la magnitud y deportividad del Seal, es la lateral, donde se aprecia la batalla, y en la que vemos unos voladizos muy cortos. Los tiradores enrasados de las puertas son un detalla que beneficia la aerodinámica del coche, y las llantas de 19” dan cabida a unos neumáticos en media 235/45/19, dejando entrever el equipo de frenos en los que destacan unos discos de acero perforados en el eje delantero. La zaga por su parte es bastante discreta y destaca notablemente el difusor trasero.

HABITÁCULO PREMIUM, MINIMALISTA PERO RESOLUTIVO

En el habitáculo encontramos la misma fórmula que en el resto de BYD que hemos probado, pero aquí, llevado al extremo en un ambiente conformado como premium gracias a los materiales utilizados que, al tacto, dejan pocas zonas que no denoten esta sensación.

Desde la piel sintética de unos asientos tipo backet que recogen el cuerpo a la perfección y son realmente cómodos, hasta el diseño del salpicadero que como el resto del coche tiene una inspiración marítima. Para empezar, tras el volante encontramos una pantalla de 10,25” que ofrece muchísima información para conducir al BYD, que además se complementa con el head-up display. En el centro de la consola encontramos la ya tradicional pantalla táctil, en este caso de 15,6” que es rotatoria, es decir, en la que podemos ver proyectada la información tanto en forma vertical, como en horizontal. Es una lástima que tanto Android Auto como Apple CarPlay, sistemas con los que es compatible, no dejen ver su información de forma vertical.

Esta pantalla utiliza el sistema operativo BYD DiLink, similar al de su hermano el Atto 3 que también ha pasado por nuestra redacción, pero al que se le suman nuevas funcionalidades. Sus menús son muy lógicos, y la sensación que tienes en todo momento es que navegas por un smartphone. Ahora bien, no vendría nada mal, que BYD ofreciera usuarios para estas pantallas, por varias razones. La primera es que, si por ejemplo desactivas o activas alguna función, básicamente casi siempre serán el mantenimiento guiado por el carril y el sistema de reconocimiento se señales de tráfico por lo intrusivo que es, una vez pares el coche y lo vuelvas a poner en marcha, deberás repetir estas funciones, a las que cuando te acostumbras son de fácil acceso, pero las has de buscar y es mejor hacerlo en parado.

La segunda razón, es reconocer a más de un usuario para dejar prefijadas la calefacción la regulación del asiento o nuestra emisora de música favorita, por ejemplo. Otra cosa que se debería de mejorar es que el sistema de radio funciona por satélite, por lo que si no hay una buena cobertura allí por dónde conduces, se pierde la señal constantemente.

El sistema de navegación Here que utiliza es rápido y preciso, además, la cartografía mostrada es muy buena. Si bien encontramos un icono de acceso directo a un menú emergente que te dice dónde tienes los puntos de recarga más cercanos, hemos echado de menos que a la hora de planificar una ruta, no te diga sin con la batería que tienes podrás completarla o no, haciendo un recálculo de esta y ofreciéndote puntos de recarga durante la travesía.

En la consola central encontramos un selector del cambio que está fabricado en cristal, detalle de la exclusividad de este modelo y de su claro enfoque hacia un segmento premium. Este se encuentra rodeado por una serie de botones que son accesos directos al climatizador, el selector de modos de conducción, el volumen del sistema de audio o el botón para poner en marcha el coche. La idea es que algunas de estas funciones no tengas que buscarlas en la pantalla del infotaiment, y esto es claramente todo un acierto.

Destacable como no, los 1,3 m2 que ofrecen el techo panorámico de cristal, lo que favorece positivamente en la luminosidad del habitáculo. Lástima que este techo no disponga un cristal polarizado para poder filtrar la cantidad de luz que entra en el interior.

MOTOR Y BATERÍAS

Sus 530 CV unidos a sus 670 Nm de par motor empujan como si no hubiera un mañana, con una increíble fuerza que hacen que literalmente te quedes pegado al asiento si decides hacer algún que otro launch control. El selector de modos de conducción que nos permite escoger entre cuatro modos preseleccionados (Sport, Normal, Eco y Snow) cambian el carácter del coche, pero no en exceso, siendo en el Sport quizás en el que notamos que la dirección en tan solo algo más directa.

Mencionar las prestaciones de los coches eléctricos no está de más, así que podemos decir que el BYD Seal acelera de 0 a 100 km/h en tan solo 3,8 segundos y que es capaz de lanzarse hasta los 180 km/h de velocidad punta que tiene limitada, de no ser así, estamos seguros de que rozaría los 230 km/h.

De la parte dinámica tenemos que decir, que BYD se caracteriza por hacer coches cómodos que preservan la comodidad frente a la deportividad, y siendo este el tercer modelos que probamos tras el Dolphin y el Atto 3, tenemos que decir que la suspensión aun disponiendo de amortiguadores de dureza variable, en el caso del Seal es también algo blanda para tener tanta potencia, pero lo sorprendente, es que no encontramos que por ello le reste velocidad en el paso por curva, aunque si algo de sensación de aplomo, aunque os aseguramos que para llegar a tener esa sensación has de ir muy rápido con él.

Después de una semana con él y más de 1.200 kilómetros a cuestas, hemos apreciado que es un gran viajero, ya que disfrutarás con él conduciendo cada kilómetro que hagas, pero también podrás disfrutar se esa esencia de deportivo camuflado que le caracteriza. Durante este tiempo, cargamos el coche en 4 ocasiones y conseguimos hacer 445 kilómetros del tirón con la primera de las cargas, obteniendo consumos de entre 18 y 20 kWh, lo que es muy aceptable teniendo en cuenta las prestaciones del Seal.

La batería es de fabricación propia. Dispone de 82,5 kWh de capacidad y es de fosfato de hierro y litio (LPF), una solución que la marca  también utiliza en modelos como el Atto 3 o el Dolphin. Su potencia de carga máxima es de 11 kW en corriente alterna, mientras que en corriente continua podremos recurrir a super cargadores que lo hagan hasta un máximo de 150 kW. Para pasar cargar del 30 al 80 por ciento son necesarios 26 minutos. Un dato curioso es que esta batería dispone de V2L, así que con ella podemos cargar dispositivos externos con un consumo máximo de hasta 3 kW.

CONCLUSIÓN

Es el tercero de los BYD que hemos tenido ocasión de probar, entre ellos el Dolphin y el Atto 3, y tenemos muy claro que el Seal ha sido de los tres el que mas nos ha gustado. No solamente por el diseño, sino también por su dinámica de conducción, semejante a la de un deportivo, aunque con pequeños matices como os hemos comentado a lo largo de la prueba. Si terminan de pulir pequeños detalles, este coche está llamado a ser el rival número 1 del Tesla Model 3, por concepto, acabados, equipamiento, pero sobre todo por la relación calidad precio que ofrece.

Escrito por, Miguel Angel Solá

Agradecimientos

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here