Hay coches que van unidos a una historia, y el Ford Mustang Bullitt es uno de ellos, ya que se hizo famoso en el año 1968 al protagonizar una increíble persecución por las calles de San Francisco a manos del actor Steve McQueen, por aquel entonces condujo un Ford Mustang GT Fastback que era perseguido por un Dodge Charger RT del 68.
La silueta del Mach 1 es sencillamente preciosa, ya que derrocha deportividad por los cuatro costados. Cuenta con una longitud de 4.797 mm ensalzada por una anchura de 1.916 mm y unos escuetos 1.382 mm de altura. La caída del techo nos deja ver unas líneas que más que recordar a un coupé, podríamos hasta decir que serían más propias a las de un GT.
En el frontal destaca una parrilla que deja a modo de recuerdo dos marcos redondos, haciendo un guiño al mítico Mustang Mach 1 del 69, aunque aquel montaba unos faros suplementarios. El capó presenta dos generosos extractores encargados de refrigerar al poderoso V8 que le dan a la delantera un toque muy deportivo a la vez que de coche “malote” y, por último, el faldón ha sido completamente rediseñado dejando dos generosas entradas de aire en los laterales, así como una parrilla inferior más abierta para generar más refrigeración y un splitter que genera algo de carga aerodinámica a esta parte del coche.
Quizás sea en la vista lateral dónde menos cambios se aprecian, salvo por los emblemas Mach 1 colocados en las aletas delanteras. Las llantas de nuevo diseño son de 19” y están calzadas con unos neumáticos en medidas 255/40/19 para el tren delantero y de 275/40/19 para el trasero, que dejan entrever al equipo de frenos firmado por Brembo para ambos ejes.
En la zaga encontramos cuatro salidas de escape, por las que el V8 de 5.0 litros brama contundentemente, así como unos faros LED divididos en diagonal. El difusor es específico también para esta versión que garantiza un 22% más de carga aerodinámica que un Mustang convencional.
En el habitáculo del Mach se respira un ambiente “old School”. Desde los asientos, que no tienen un corte muy deportivo, hasta el pomo del cambio de marchas. Opcionalmente, siendo de los pocos que encontramos se pueden montar unos asientos Recaro que son unos semi backets, lo que seguramente favorezca el agarre en los apoyos laterales, algo que les faltan a estos de serie.
El volante es de un tamaño considerable, redondo, sin recurrir a los típicos achatados que tan de moda están en los deportivos europeos. Agrupa demasiados botones, y en la versión con cambio automático está dotado de levas para poder hacer cambios de forma secuencial. El cuadro de mandos está representado por una pantalla digital de 12” que es totalmente personalizable, mostrando información específica en función del modo de conducción seleccionado, aquí tengo que decir que me hubiera encantado encontrarme con algo un tanto más analógico, pero, en fin, estamos en una época en que las pantallas, cuanto más grandes y más haya pues mejor.
Ofrece información inaudita, que nunca habíamos visto en otro coche, como la temperatura del aire de la admisión o la cabeza de la culata, el voltaje de la batería o la relación entre aire y combustible que entre en la cámara de combustión, así como un útil indicador de fuerzas G. Para el caso de seleccionar el Modo Circuito, obtendremos datos del cronómetro, acelerómetro, tiempo de aceleración y la distancia de frenado. Esto hace entrever su carácter de muscle car orientado a las pruebas de ¼ de milla que tanto gustan a los americanos de ahí que tengamos una función denominada Line Lock con la que se bloquean las ruedas delanteras si tu intención es solamente la de quemar gomas.
La consola central la conforman una pantalla táctil de 8” con el nuevo sistema multimedia SYNC3, que dispone de conectividad a través de los sistemas Apple CarPlay y Android, desde la que se maneja todo el sistema de infoentretenimiento a la vez que el potente equipo de audio firmado por Bang&Olufsen. Bajo esta pantalla encontramos los mandos del climatizador, así como una serie de botones de clara inspiración aeronáutica, haciendo un guiño al caza P-51 Mustang de la Segunda Guerra Mundial.
Ahora bien, si hay un elemento que destaca en el interior, es la bola de billar del pomo del cambio, así como la placa identificativa que encontramos frente al lado del copiloto que identifican el número de la unidad del Mach 1, elementos que nos hacen pensar en todo momento que estamos frente a una versión única y conmemorativa.
En la parte trasera encontramos dos asientos que parecen ser para adultos, pero nada más lejos de la realidad. Su configuración si que es de 2+2, pero esas plazas son para niños básicamente ya que carecen apenas de respaldo y es bastante complicado acceder a ellas. Por su parte el maletero ofrece unos generosos 408 litros de capacidad, no pudiéndose ampliar este espacio, pues los respaldos de los asientos traseros no son abatibles.
El Ford Mustang Bullitt está disponible desde los 65.000€, precio que sin duda para un coche de estas características es un “chollo”, no solo por lo que esconde bajo el capó, un motor V8 con 460CV, sino por toda su historia, además de por un equipamiento de serie que incluye las llantas de 19”, luces LED, climatizador bizona, sistema de sonido con 12 altavoces, suspensión Magna ride, Ford Pass, asientos de cuero o el aviso de salida del carril de forma involuntaria entre otros. Si le sumamos la pintura Azul Grabber (1.410€) o la alarma perimétrica (403€) tenemos un precio de 66.813€. Hay elementos que quizás hemos encontrado a faltar, ya no solo como equipamiento de serie sino también como opcional, entre ellos los sensores aparcamiento, el control de crucero adaptativo o un sistema de cámaras perimetral.
Si hay algo en este coche que es de alabar, es su motor. Hablamos de un propulsor V8 Coyote de 5.0 litros atmosférico que rinde una potencia de 460CV a 7.250 RPM y ofrece un par máximo de 529 Nm a partir de las 4.4900 RPM. Estas cifras se consiguen con una admisión que ha siso heredada del mismísimo Shelby GT350 una nueva línea de escape y un nuevo mapa del motor. Con la posibilidad de montar una caja de cambios automática de 10 relaciones, en esta ocasión nos hemos encontrado con una caja de cambios manual Tremec de 6 relaciones con doble disco de embrague unos desarrollos más cortos y menor recorrido entre marchas, así como la función automática de compensación de revoluciones, o l que es lo mismo, el efecto punta-tacón.
Este motor es algo perezoso, lo que te obliga a llevarlo si quieres disfrutar de todo su rendimiento por encima de las 3.000 RPM, de ahí en adelante es una verdadera gozada ver somo sube de vueltas hasta casi las 8.000 RPM, acompañado de un sonido de los que pocos deportivos V8 hoy en día pueden presumir.
Acelera de 0 a 100 km/ en tan solo 4,4 segundos, mientras que utiliza 2,7 segundos para pasar de 80 a 120 km/h y es capaz de lanzarse cómodamente hasta loa 249 km/h. Es un dragster, un coche americano de pura cepa que, aunque ha llegado a Europa, y ello le ha llevado a europeizarse, sigue siendo una bestia que te incita a cada instante a usar el launch control para salir catapultado, o bien, para ir dejando goma negra en el asfalto.
En cuanto a los consumos la marca habla de 11,7 litros a los 100, pero tenemos que decir que es fácilmente superable. Durante nuestra prueba hicimos casi 600 kilómetros y obtuvimos una media de 16,5 litros. Está claro que quién se compre este coche, este no será un dato que le haga sufrir. Ya sabes lo que te compras.
Para sacar rendimiento a todo el conjunto, podemos escoger entre 6 modos de conducción; Normal, Deportivo, Circuito, Carril aceleración, Nieve un modo denominado MyMode que es personalizable. Cada uno de ellos ajustan el control de estabilidad, la respuesta del acelerador y la dirección, así como el sonido del escape y el tarado de la suspensión. Además, encontramos aun siendo manual, con la función Launch Control, y como os hemos mencionado otra llamada Drag Strip.
El Mach 1 no es Mustang convencional, sino que todo en este deportivo ha sido ensalzado para ofrecer a su conductor una experiencia inaudita al volante. La suspensión que Ford Performance incluye en este coche es una amortiguación adaptativa Magnaride, así como unas barras estabilizadoras nuevas, unos muelles delanteros más rígidos un equipo de frenos firmados por Brembo con discos de 380 y 330 mm que son bastante inagotables y una dirección asistida variable que transmite bastante bien todo lo que pasa bajo las ruedas delantera.
En la parte mecánica encontramos un sistema de refrigeración mejorado para su uso en circuito, ya que se incluye in radiador de aceite adicional, otro para el diferencial trasero y en el caso de la versión con cambio automático otro para su propia refrigeración.
Todos estos elementos que Ford Performance ha introducido en el Mach 1, es para hacerlo “fácil de conducir”, aunque realmente si quieres ir rápido, es un coche bastante noble, pero muy fácil de encabritar, pues aun con el control de tracción y estabilidad activa, el tren trasero suele dar pequeños latigazos a la salida de las curvas, por lo que tienes que ser muy muy sensible al tacto del acelerador. Su peso y su longitud con también dos cosas que no juegan a su favor, pero una vez te acostumbras puedes llegar a deleitarte con una conducción deportiva en la que vas dejando tras de ti, unas líneas negras en el asfalto.
Sinceramente nos ha sorprendido gratamente este coche, y sobre todo su comportamiento dinámico, pues la verdad es que esperaba un dragster que solo está pensado para hacer drag races y ganar velocidad en las rectas, pero nada más lejos de la realidad, pues en zonas reviradas tiene su encanto, y aunque no sea un deportivo de los de última generación, es capaz de abordar una carretera de montaña ofreciendo un aplomo y guiado increíble, gracias como no a una dirección que es sumamente precisa y que ofrece un grado de dureza que transmite todo lo que pasa en el eje delantero al volante. Hay que destacar también que el eje delantero no es tan subvirador como pudiera parecer, aunque como todo tiene un límite y si te pasas de la raya, pues ahí te verás clavando frenos para evitar que las ruedas delanteras giren a su aire.
El equipo de frenos está firmado por Brembo, y dispone unos discos ventilados de 380 mm para el tren delantero y de 330 mm para el trasero que garantizan en todo momento que los 1.800 kilos que tara este Mustang no sen un impedimento para frenarlo en caso de necesidad.
Nuestra conclusión nos lleva a pensar que el Ford Mustang Mach 1, es sin duda un coche de “película”, y que tenerlo en tu garaje no es como tener cualquier otro deportivo, sino que tienes que entender lo que te has comprado y para que lo quieres. Sus rivales más directos son el Audi RS5 el Mercedes- AMG C63 o el BMW M4, por citar los más importantes que a igualdad de condiciones y de equipamiento, estos sobrepasan en el mejor de los casos la barrera de los 100.000€ mientras que el Mach 1 se acerca a la de los 65.000€ siendo una opción racional, pero también quizás la más pasional de todas.
Escrito por, Miguel Angel Solá
Agradecimientos
- Ford España
- Fotografías: Cristobal Arjona y Daniel Cudié