Hay algo que se ha convertido en todo un mito, y es que los coches descapotables, solo son para el verano. Por suerte, vivimos en un país, que nos permite disfrutar de más de 300 días de sol al año, por lo que poder compartir esos días a los mandos de un Mercedes es todo un placer.
Nos hemos puesto al volante de uno de los Mercedes convertibles más bonitos que hay en su haber, el AMG C 63 Cabrio, un coche que no solo es tremendamente elegante, y que goza de un diseño cautivador, sino que, bajo su capó delantero, esconde un V8 con 476 cv de potencia para ser utilizada con el cielo por sombrero, convirtiéndolo además en un deportivo de 4 plazas reales para más inri de uso diario.
El Mercedes-AMG C 63 Cabriolet tiene un aspecto tremendamente amenazador, lio mires por donde lo mires. En el frontal, encontramos un paragolpes que alberga dos entradas de aire y unos faros LED que desprenden una mirada, un tanto desafiante. El aumento de 64 milímetros en la parte delantera es visible, sobre todo, en los pasos de rueda que han sido redimensionados, para albergar, bien a las llantas de 19” que equipa de serie calzadas con unos generosos neumáticos en medidas 255/35/19 para el tren delantero y de 285/30/19 para el trasero.
La vista lateral, ofrece un diseño atlético, en el que, a opinión, resulta más bonito todo el conjunto sin la capota. La trasera, es una declaración de intenciones AMG, donde sin duda alguna las dobles salidas de escape AMG a cada uno de los lados del paragolpes, que además incorpora dos salidas de aire, dan muestra de las connotaciones deportivas de este cabrio.
La capota de tela del C 63, tiene dos ventajas, frente a los techos duros retráctiles. En primer lugar, es más ligera, y en segundo lugar es posible accionarla hasta una velocidad de 50 km/h. Requiere de tan solo 20 segundos para abrirse o cerrarse y una vez en su sitio, ofrece una buena insonorización a la vez que un buen aislamiento térmico, incluso en los días de lluvia, algo que tuvimos ocasión de comprobar en los días que probamos el coche. La maniobra de apertura o cierre, se ve representada en el cuadro de mandos por lo que te aseguras de haberla completado en ambos sentidos.
Para poder disfrutar al 100% del cabrio que este Mercedes es, hay un opcional que es obligatorio montar, y es el AIRCAP, que comprende un deflector aerodinámico en la parte más alta del parabrisas y un paravientos posterior, ambos reducen las turbulencias en el interior del coche, lo que facilita una conducción más placentera, además de que puedas entablar una conversación con el acompañante sin necesidad de alzar la voz. Otro de los elementos claves, para esta experiencia de conducción a cielo abierto, se encuentra en la configuración de los asientos, ya que estos, pueden tener calefacción ventilación y el denominado AIRSCARF, un sistema que nos envía aire caliente a la zona de la nuca y el cuello.
Por su parte, el maletero del AMG C 63 Cabrio ofrece 285 litros de capacidad con la capota alojada en su interior y 360 litros cuando está desplegada, suficientes para poder llevar el equipaje de sus 4 ocupantes.
Su habitáculo es un compendio entre la deportividad y la elegancia, entre el diseño y la austeridad, en la que exquisitos materiales recubren cada uno de sus rincones, como la piel, la alcántara o de forma más exclusiva la fibra de carbono.
Tras el volante deportivo AMG, multifunción, achatado y con las levas incorporadas, que todo hay que decirlo, dispone de un tamaño y grosor perfecto, sobre todo para conducción deportiva, encontramos un cuadro de mandos a la vieja usanza, y digo esto porque me encantan las agujas tradicionales versus a las pantallas tft a las que la marca recurre para otros modelos, que, a opinión, le quitan ese toque “deportivo glamouroso”. Entre las dos esferas firmadas por AMG también, encontramos una pantalla en la que podemos ver representados datos del ordenador de abordo, la velocidad, la posición del cambio, un indicador de fuerzas G o datos específicos del modo de conducción AMG, que nos indican la potencia que estamos utilizando a través del boost, la temperatura del aceite y del agua del motor.
En la parte más alta de la consola central, encontramos una pantalla de 9″, en la que podemos ver representado todo el sistema de infoentretenimiento, a la vez que podemos acceder a diferentes parámetros de configuración del coche, o bien, acceder a los datos del motor, dónde nos aparecen tres indicadores que nos muestran la potencia que estamos consumiendo, los Nm de par que estamos utilizando, y la temperatura del motor y de la caja de cambios. Pero para mayor abundamiento, también disponemos de un indicador Sport, que nos indica en todo momento el radio de giro del coche, así como actúa al sistema de suspensión de aceleración o frenada.
A través de esta pantalla, también podemos configurar los 3 modos de conducción de que dispone este AMG (Comfort, Sport o Sport +). Cada uno de estos modos, no solo trabaja al unísono con el sistema de suspensión AMG RIDE CONTROL, sino que también actúa sobre el acelerador, el volante, el cambio y en el control de tracción.
La parte más baja, está presidida por el mando mítico de mercedes, cuya parte superior funciona como un tracpad, con el que podemos manejar a todo el sistema de infoentretenimiento. A los laterales encontramos los diferentes botones para acceder a los diferentes modos de conducción, para cambiar el tarado de la suspensión o desconectar el control de estabilidad y tracción.
Dentro del equipamiento de serie encontramos una amplia dotación en materia de seguridad, algo a lo que la marca nos tiene muy bien acostumbrados en cada uno de los coches que probamos. Así, elementos como los airbags frontales, laterales y de cortina, airbag de rodilla para conductor, control de estabilidad, asistente de alerta por cansancio, aviso en caso de colisión con frenada de emergencia, están disponible sin sobre coste alguno. A los diferentes sistemas de seguridad de serie hay que sumar aquellos de los que dispone opcionalmente, como el aviso del ángulo muerto del retrovisor, asistente de cambio involuntario de carril (que llega a girar el volante para ayudar a mantenernos en el carril) e incluso el sistema Pre-Safe de Mercedes, que va un paso más allá en el frenado automático en caso de colisión, preparando los diferentes sistemas de seguridad del coche para el impacto en caso de que sea inminente y de esa forma minimizar el daño a los pasajeros.
Los faros full-LED, que en este Mercedes son de serie, proporcionan un haz de luz increíble que además de ser direccionable intercambia de forma automática las luces de cruce con las largas para no molestar al resto de coches que, circule tanto en el mismo sentido como en sentido contrario. Uno de los opcionales que no puedes perderte, si eres un verdadero melómano de la música, es el sistema de sonido firmado por Burmester, el mismo que equipa la Clase S de Mercedes, que dispone de un total de 13 altavoces, amplificador de 9 canales y una potencia final de 590W, convirtiendo así a este Clase C, en toda una sala de audición.
Bajo el capó de este Mercedes-AMG C 63 Cabriolet se esconde una mecánica ya por todos conocida, un motor 4.0 V8 Biturbo que desarrolla 476 CV (510 cv en la versión S) y ofrece un par motor de 650 Nm entre 1750-4500 rpm, lo que se traduce en una aceleración de 0 a 100 km/h en tan solo 4,2 segundos y una velocidad punta autolimitada de 250 km/h. Es un motor de empuje progesivo, que hace gala de entregar la potencia durante todo su régimen de giro, y que suena de maravilla, quizás no tanto como los antiguos atmósfericos V8 AMG, pero nada tiene que envidiar.
La potencia de este motor se transmite al suelo, mediante una caja de cambios AMG SPEEDSHIFT MCT de siete relaciones, que aun no siendo una de doble embrague aporta la solución de reemplazar el convertidor de par por una serie de embragues multidisco que aceleran los cambios de marcha. En el eje trasero, contamos con un autoblocante mecánico (de control electrónico en la versión S) encargado de repartir el par motor entre la rueda que más tracción precise para poder así gobernar el coche, tanto en la entrada, como en el ápex y la salida de las curvas garantizando siempre una tracción óptima.
En lo que a consumos se refiere, este Mercedes homologa una media de 8,9 litros a los 100 km/h, en conducción normal. Durante nuestra prueba, nuestra media se acercó a los 11,2 litros, teniendo en cuenta que, para ello, recorrimos dos puertos de montaña, pero también hemos de decir, que en autopista a velocidad de crucero es posible llegar a los 9,4 litros sin problema alguno.
El comportamiento dinámico de este coche es excelente, ya que en carreteras de montañas ofrece un comportamiento muy noble, sopena, que hayas escogido el modo de conducción Sport +, que te permite empezar a jugar con la trasera, aunque esto quizás, mejor reservarlo para circuito, ya que en ningún momento debes olvidar lo que llevas entre manos, y que no conduces solo. La dirección ofrece un guiado preciso, para hacer entrar el coche con una facilidad pasmosa incluso en zonas reviradas donde las curvas pequeñas se suceden una tras otra. La suspensión, hace gala de ser dura y efectiva, aunque como hemos comentado también es adepta para viajar, pues es realmente cómoda.
Para valorar si la versión cabrio del AMG C63 es menos dinámica que su hermano el coupé, está claro que tendríamos que probarlo en circuito y que fuera un piloto quien lo condujera, de lo contrario, difícil sería encontrar la capacidad que tiene este coche de afrontar una prueba tan deportiva en la que llevar al límite el chasis nos diera cuenta de la diferencia entre ambas versiones.
Hoy en día, la mayoría de coches deportivos, son realmente fáciles de conducir, bien por toda la electrónica que gestiona la conducción o por todos los sistemas de prevención, pero este coche, tiene su lado “gamberrete”, como todos los AMG, en los que, en más de una ocasión al volante, te sacan una sonrisa.
Uno de los elementos que son elementales en este AMG, es el sistema de suspensión electrónica adaptativa, AMG RIDE CONTROL, que evita en toda regla, cualquier balanceo de la carrocería a la entrada o salida de las curvas, a la ve, que no resulta incómoda para su uso a diario, pues aun siendo su tarado muy firme, no rebota en exceso, y otro, no menos importante, es el equipo de frenos AMG de discos perforados de 360 mm, que cumplen con su cometido sobradamente bien. Para un coche que lastra 1.900 kg, son más que suficientes, incluso en las frenadas continuadas el pedal del freno queda intacto tras su uso repetido.
Ahora bien, si quieres disfrutar de la berlina que es, tan solo tienes que activar el modo Comfort, y conducir este cabrio por autopista hace las delicias de cualquiera, en una atmósfera en la que apremia el lujo y la elegancia para disfrutar del sol y el viento.
Lo bueno que ofrece este coche, es, por así decirlo, que tienes un deportivo que puedes utilizar a diario, capaz de llevar cuatro adultos, con maletero y con 471 cv bajo el pedal del acelerador, ¿Se puede pedir algo más? Claro está, que esta perfecta simbiosis entre berlina y deportivo tiene un precio de salida de 107.000€, más los opcionales que aventures a equipar, de una larga e interminable lista, que pueden hacer incrementes la factura en varios miles de euros, como es el caso de nuestra unidad de pruebas, que estaba cerca de los 124.000€, pero si lo piensas bien, la exclusividad, tiene un precio.
Escrito por, Miguel Angel Solá
Agradecimientos
- Mercedes España
- Fotografías: Miguel Angel Solá