La moda, es algo que todos palpamos en nuestro día a día, y en el sector del automóvil también está muy presente. Prueba de ello, es ver como las marcas, cada vez apuestan más y más por el reñido segmento de los SUV, dónde Mercedes con sus nuevas incorporaciones, parece estar a la altura de las circunstancias, poniendo difícil las cosas al resto de marcas, pues sus nuevos guiños en lo que a diseño se refiere están muy demandados, sobre todo, como el coche que hoy nos ocupa, el Mercedes GLC Coupé.
Hace unos meses ya tuvimos la ocasión de probar el GLC (ver prueba), un SUV que se adapta muy bien a las nuevas directrices de diseño de la marca, por intentar llegar a un público más joven rejuveneciendo así a su clientela. Con el GLC Coupé, lo harán y de lleno, pues este tipo de coches suele gustar mucho entre los más jóvenes, al igual que ha pasado con su más directo rival, el BMW X4, o el BMW X6 si lo comparamos con el GLE Coupé.
Muchos pensaréis, ¿qué sentido tiene hacer un coche tan grande con tan solo 4 plazas y un maletero más reducido?, la pregunta es buena, o más bien es la pregunta acertada, pero como toda buena pregunta, tiene su respuesta. La variante GLC Coupé, como ya hemos comentado está destinada a otro público, cuyo ritmo o forma de vida, quizás diste un poco más de los clientes habituales de la marca, y que buscan en este tipo de coches, la comodidad y comportamiento deportivo de una berlina y además el hecho de saber que, aun no siendo un todo camino, no tendrás problemas si lo quieres usar off road o para ir a la nieve, por ejemplo.
La gama Mercedes GLC Coupé está compuesta por dos variantes de gasolina, la versión 250 con una potencia de 211 cv y la AMG GLC 43 que rinde 367 cv. Para las versiones diésel encontramos 3 motorizaciones, la de acceso, 220d de 177 cv, 250 d de 204 cv y la 350d con motor V6 de 258 cv, todas ellas con el sistema de pos tratamiento de los gases de escape SCR y con inyección de AdBlue.
Como no podía ser de otra manera, y como otro guiño a la moda de los SUV, Mercedes ofrece una variante híbrida enchufable 350e que rinde 320 cv y con 34 kilómetros de autonomía en modo 100% eléctrico. Todas estas variantes disponen del sistema de tracción integral 4Matic y del cambio de marchas 9G-TRONIC, a excepción de la versión híbrida que dispone del cambio 7G-TRONIC.
Las medidas del GLC Coupé, son una clara declaración de intenciones, pues con sus 4,73 metros de largo, 1,89 metros de ancho y 1,60 metros de alto ofrece una línea más que esbelta y poderosa. Es más largo que el GLC, pero más bajo, lo que mejora su centro de gravedad para mejorar así su respuesta dinámica. El maletero dispone de una capacidad de 500 litros (50 menos que el GLC), pudiendo ampliarse esta cifra hasta los 1.400 litros si abatimos los asientos traseros.
Hablando de líneas, este coche parece esculpido a conciencia, y es que el nuevo lenguaje de diseño de Mercedes está ganando adeptos por doquier. El frontal dispone de la nueva parrilla diamantada, donde preside la estrella de la marca, haciendo de intermedio para los faros que disponen de tecnología LED, que le dan una mirada más que desafiante a esta parte del coche. Cabe destacar que nuestra unidad de pruebas estaba equipada con la línea AMG exterior, lo que enfatiza más si cabe su estampa deportiva, acercándola mucho a la versión AMG GLC 43 Coupé.
La vista lateral, no deja indiferente, y es quizás donde más se aprecia la robustez de la carrocería del GLC. Las preciosas llantas de 19” AMG, son un complemento no solo estético, sino necesario para pegar literalmente al GLC al asfalto.
La zaga, ofrece una descomunal trasera que hace las delicias de todos cuanto la pueden observar. Los pilotos traseros dispuestos en forma horizontal, y dotados de tecnología LED, nos recuerdan mucho a los de la nueva Clase C Coupé. En la parte más baja del pronunciado paragolpes, encontramos dos salidas de escape cromadas, separadas por lo que parece estar a medio camino entre un protector y un difusor.
Nuestra unidad de pruebas estaba equipada con el motor de 4 cilindros turbodiésel de 2,1 litros, que rinde 170 cv, siendo un viejo conocido en la casa, pero con mejoras en la inyección, el turbo y el escape. Dispone de 400 Nm de par motor, cifra que resulta más que atractiva y suficiente para mover los 1.800 kilos que lastra el GLC Coupé.
Este propulsor, al igual que el resto de la gama GLC y GLE Coupé, está asociado a un cambio automático con convertidor de par denominado 9G-Tronic, a excepción de la versión híbrida, como ya hemos comentado que dispone del cambio 7G-Tronic. Para afinar las cifras de consumo, encontramos el sistema auto Start/stop, así como de navegación a vela para conseguir así los 5,5 litros de consuno a los 100 km que la marca indica, además de un selector con 5 modos de conducción. Durante nuestra prueba, vimos incrementada esa cifra hasta los 6,8 litros, pero tenemos que decir que es muy ajustada teniendo en cuenta que condujimos durante 476 kilómetros, entre autopista, carreteras secundarias y una pista forestal.
Sus prestaciones, son muy discretas, pero a tener en cuenta dentro de su segmento, pues es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 8,5 segundos y de lanzarse hasta los 210 km hora de velocidad máxima.
El selector de modos de conducción Dynamic Select, ofrece 4 programas predefinidos; Comfort y Effycient para una conducción más tranquila y Sport y Sport + para sacar a relucir el comportamiento más dinámico y el alma de Coupé que el GLC tiene, modificando elemento como la sensibilidad del pedal del acelerador, la dureza de la dirección o de la suspensión, de equipar la regulable.
El interior del GLC Coupé es similar al de algunos modelos de la marca, concretamente al Clase C y exactamente igual que el del GLC. La posición de conducción es muy acertada, pues vas muy bajo y con las piernas muy estiradas, lo que hace que todo el salpicadero te envuelva y tengas la sensación de ir en una posición más adepta a una berlina que a un SUV.
El volante achatado de 3 radios, que forma parte de la línea interior AMG, tiene un tacto, grosor y tamaño perfecto y además de ser multifunción tiene integradas las levas para el accionamiento del cambio de forma secuencial. Las dos esferas a modo de cuenta revoluciones y tacómetro, están separadas por una pantalla TFT que hace de apoyo al sistema COMAND, ofreciendo información de la navegación el teléfono o del ordenador de abordo entre otras funciones.
En el centro de la consola, y quizás sea lo que menos nos gusta de este interior tan sobrio, es la pantalla del sistema multimedia, que esta superpuesta. Se ofrecen dos tamaños, una de 7,2 y otra de 8,4 pulgadas que por desgracia tampoco es táctil. Para controlar esta pantalla encontramos un mando en la consola central, en forma de mouse y de una ruleta que te permite navegar por los diferentes menús. Una vez te acostumbras, su manejo es bastante intuitivo. Desde el sistema COMAND Online, podemos acceder al sistema de infoentretenimiento, así como a los datos de la navegación, el teléfono, el sistema de audio o ver parámetros como los que representan unas grafías que muestran la potencia y el par motor que estamos utilizando en cada momento.
Los asientos recogen el cuerpo como si de un guante a una mano se tratara y ofrecen un agarre muy bueno en los apoyos laterales, ofreciendo un buen grado de confort a conductor y copiloto. En la parte trasera, encontramos una banqueta homologada para tres plazas, pero en la que tan solo viajaran cómodamente 2 pasajeros. Es aquí quizás donde está el tendón de Aquiles de este coche, pues la caída del techo, hace que pasajeros de más de 1,80 metros no viajen muy agusto.
El maletero es algo más pequeño que en el GLC, pues pierde 50 litros por la caída del techo y por la configuración del portón trasero. Aun así, dispone de unos generosos 500 litros de capacidad, que pueden ampliarse hasta los 1.400 si abatimos los asientos traseros. De serie, se ofrece el portón con accionamiento eléctrico, y opcionalmente es posible que este se abra mediante un sistema de manos libre con tan solo pasar el pie por debajo del paragolpes trasero, sin duda, algo muy cómodo si vas cargado.
En lo que a equipamiento se refiere, el GLE 220d Coupé dispone de un buen catálogo de elementos de serie, como Airbag frontales de conductor y pasajero para la cabeza y la zona de las rodillas, detector de fatiga, faros con tecnología LED, asistente de llamada de emergencia, freno de estacionamiento eléctrico, sensores de luz y lluvia, Bluetooth, asientos delanteros con ajuste de altura eléctrico, control de velocidad de crucero con limitador, cámara marcha atrás, selector de modos de conducción, o el sistema de advertencia de colisión con frenada de emergencia, entre muchos otros.
Opcionalmente, nuestra unidad de pruebas, estaba equipada, además, con el paquete exterior e interior AMG, control de ángulo muerto, ceniceros, paquete de compartimiento portaobjetos, Faros LED Intelligent Light System, Keyless-GO, y el paquete Style con Comand Online que incluye, AMG Line exterior, ayuda activa para aparcar incluyendo, Comand Online, Cristales calorífugos tintados oscuros en todas las ventanillas y el paquete de retrovisores.
Para mejorar la dinámica de conducción, el GLC Coupé incorpora de serie elementos como el tren de rodaje deportivo que le confieren ya un toque más deportivo que a la variante GLC, así como una dirección deportiva más directa y con un selector de modos de conducción a escoger mediante el sistema Dynamic Select. Opcionalmente se ofrece la suspensión neumática denominada Air Body Control, que reduce la altura de la carrocería en 1,5 centímetros, y otra opción más deportiva, Dynamic Body Control, de amortiguación variable, por lo que conseguir sacar el lado más deportivo de este coche es cuestión solo de hacer un click en la lista de opcionales.
En autopista, es sumamente cómodo, a la vez que silencioso, pues es donde su motor de 4 cilindros menos rumorosidad ofrece, gracias como no a un trabajo excelente en lo que a aislamiento acústico se refiere. Es un verdadero devorador de kilómetros y un fiel compañero de viaje. En carreteras secundarias, este motor, es algo justo, para un peso de casi 1,8 toneladas, sobre todo a la hora de realizar adelantamientos, aun así, hace gala de ofrecer un buen empuje y progresividad. Quizás la mejor de las variantes, o la más equilibrada para este coche, sería la opción del 250 d que ofrece 211 cv.
Donde quizás se nota más su concepción de SUV Coupé es en las carreteras de montaña, donde fácil es ver cómo te sacará más de una sonrisa si lo que quieres es comprobar su lado más. Salvo por su volumen y las inercias que ello produce, puedes afrontar cualquier tipo de trazado e ir muy rápido, aunque como todo tiene un límite, en este caso la gravedad. El sistema de tracción 4Matic es un plus de garantía a la hora de trazar las curvas, ofreciendo en todo momento una capacidad motriz idónea a cada una de las ruedas para evitar pérdidas en la tracción.
Nos adentramos en una pista forestal, para ver cómo se comportaba en terrenos sin asfalto, y el resultado fue encomiable, pues salvo por su altura, que le penaliza a la hora de afrontar según que obstáculos, zanjas o rederas, circular con él en un camino de tierra es una gozada, sobre todo si lo haces con el control de tracción desactivado y el modo Sport+, algo que te asegura unas cruzadas en cada giro si juegas bien con el acelerador.
En resumen, y valorando todo lo que el GLC Coupé es capaz de ofrecer, lo vemos como una clara alternativa a tener en tu garaje un todo caminos como podría ser su hermano el GLC, pero sabiendo, además, que tienes un coche con alma deportiva y con los genes de una marca que sabe muy bien como plasmar su buen hacer en cada uno de los coches que fabrica.
Escrito por, Miguel Angel Solá
Agradecimientos
- Mercedes Benz España
- Belén Fábregas
- Fotografías: Rodrigo Yufé y Miguel Angel Solá




