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El Škoda Yeti, ha tenido el privilegio, de ser el primer SUV de la marca checa, aunque ahora, tenga que lidiar con sus hermanos, el Škoda Kodiaq, y el recién presentado Škoda Karoq.

Desde el año 2010, se han vendido más de 230.000 unidades del Škoda Yeti, muchas de ellas en nuestro mercado. Para nuestro entender, sigue siendo un incomprendido dentro de su segmento, y entre sus rivales más directos, ya que quizás su diseño tenga mucho que ver, pues es un coche, que, a la vista, o te gusta o no te gusta, pero no lo juzgarás a medias tintas.

Cada vez que probamos un Škoda, tenemos la misma sensación, y con el Yeti no ha sido menos, la de sorprendernos. ¿Por qué os decimos esto? Pues por una sencilla razón, y es que vivimos en un país, en que parece que el ser “marquista” tira mucho, y quizás por eso, Škoda sea una marca incomprendida entre el público objetivo. Si bien es cierto, que el Yeti está en un segmento en el que hay muchos rivales y muy consolidados, para nosotros sería una clara alternativa, quizás no por diseño, pero si por relación precio, equipamiento y versatilidad.

Cierto es que hemos tenido en nuestras manos al tope de gama, ya que nuestra unidad de prensa, el Škoda Yeti Style Outdoor 2.0 TDI 150 CV con cambio DSG y tracción 4×4, es una de las opciones más caras que podías configurar, con un precio de salida de 29.665€, sin incluir todos los opcionales que equipaba que incrementaban en unos 3.000€ más o menos la factura.

En el Salón de Frankfurt de 2013, Skoda presentó el nuevo Yeti, el que conocemos hoy, con un cambio de imagen, y un restyling, para acercarlo un poco más al actual lenguaje de la marca. Para ello, se crearon dos versiones específicas, una más urbana denominada City, y la version que ocupa nuestra prueba, llamada Outdoor, con un aire más campero.

Las novedades en lo que diseño se refiere, se centran en un frontal donde encontramos la nueva calandra así como unas nuevas ópticas que en nuestro caso lucian las tiras de LED diurnas y que han adoptado una forma rectangular para integrarse major ahora en la delantera.

En la vista lateral, vemos como una gran superficie acristalada deja ver parte del interior del coche, y en la trasera unas nuevas opticas con tecnología LED completan la actualización de este pequeño SUV. Las molduras que encontramos en los laterales pintadas en negro, así como los protectores en los paragolpes delantero y trasero, ofrecen una imagen muy robusta a todo el conjunto que enfatiza más si cabe ese aire de coche para uso off road.

Donde se nota un salto cualitativo en el Yeti, es sin duda en el habitáculo, donde ahora no solo la tecnología empieza a formar parte del equipamiento de serie u opcional, sino que los materiales y los acabados tienen otro tacto, muestra de ello, es, por ejemplo, el volante de tres radios forrado en cuero.

El cuadro de mandos está presidido por dos esferas separadas por una pantalla digital que hace de ordenador de a bordo. En el centro de la consola, encontramos una pantalla táctil de 8”, desde la que se maneja todo el sistema de infoentretenimiento y que dispone de la función mirrror link, para una conexión total con nuestro smartphone.

Bajo el climatizador, que es bizona, y del que ya se nota algo el paso del tiempo por su diseño austero, encontramos una botonera para conectar y desconectar el sistema auto Start/stop, el control de tracción, el park assist, configurar la presión de los neumáticos y activar el modo de conducción off road, que al pulsarlo activa una serie de ayudas para la conducción fuera de asfalto, entre ellas, una ayuda al ascenso o descenso de pendientes pronunciadas, y un programación específica del funcionamiento del sistema ABS, control de tracción y diferencial.

En lo que a equipamiento se refiere, nuestro Yeti, contaba con prácticamente todas las opciones con las que se le puede configurar, entre ellas, con Smart Gate, cámara marcha atrás, Kessy, barras longitudinales plateadas,  parasol doble, llantas de aleación MATTERHORN BLACK-SILVER de 17″, mesa plegable en los respaldos traseros, driver alert, techo corredizo panorámico, protección adicional de los bajos, paquete malas carreteras, conjunto de pilotos posteriores LED, paquete cuero pequeño, park assist, asiento del conductor regulable eléctricamente con memoria, asientos delanteros térmicos, retrovisores eléctricos con ajuste de posición antideslumbrante, con memoria, calefactables y con luz iluminando la zona de acceso, sound system, pedales de aluminio y el paquete off road, molduras protectoras laterales, cámara de visión trasera, control de crucero y Smart Link entre otros

La posición de conducción es algo elevada, y al principio te da la sensación de que estás conduciendo un monovolumen, aunque gracias a los reglajes del asiento y de la columna de dirección que lo hace en altura y profundidad, es fácil adaptarse de inmediato.

Como pasa en todos los Škoda, la habitabilidad es uno de los fuertes de esta marca, y en el Yeti, gracias al sistema VarioFlex que encontramos en las plazas traseras, esto es algo que agradecerás. Los asientos son independientes, lo que permite configurar la zona trasera del coche, con 2, 3, 4 o 5 plazas, lo que se traduce, en que la capacidad y la facilidad de carga sea brutal.

En circunstancias normales el maletero tiene un volumen de 405 litros, si dejamos los asientos traseros en la posición más retrasada. Si los movemos hacia adelante, y tomar nota, no por eso, se reduce el espacio para las piernas de los pasajeros con respecto a los asientos delanteros, el volumen del maletero pasa a tener 510 litros de capacidad. Ahora bien, si abatimos toda la parte trasera del coche, este nos puede llegar a ofrecer unos generosos 1.760 litros de capacidad total.

Gracias al lema de Škoda “simply clever” encontramos multitud de accesorios para distribuir la carga, como redes, piezas de plástico flexibles, y ganchos, además de ofrecer un suelo que es reversible, por si quieres dejar cosas húmedas.

El alma que anima y da brío a todo un conjunto, que nos ha parecido durante la prueba excepcional, es un motor de 4 cilindros 2.0 TDI que rinde una potencia de 150 cv y un par máximo de 340 Nm. Este bloque está ensamblado a una caja de cambios de doble embrague DSG de 6 velocidades, con la función de navegación a vela y el sistema Start/stop, lo que permite obtener consumos ajustados. Škoda, ha homologado unos discretos 5,5 litros a los 100 km, cifra, que a velocidad de crucero en autopista es fácil de conseguir, siendo durante nuestra prueba, una media de 6,5 litros.

La perfecta alianza del motor con el cambio DSG, ofrece muy buen rendimiento, ya que la entrega de potencia se hace de forma lineal durante todo el régimen de giro, lo que se traduce en que ofrece una capacidad muy buena de recuperación, sobre todo para realizar adelantamientos.

Sus prestaciones son acordes a todo un conjunto que claramente no está pensado para ser el de un deportivo, sino más bien. Acelera de 0 a 100 km/h en 9,2 segundos y es capaz de lanzarse hasta los 192 km/h.

El sistema de tracción 4×4 del Yeti, funciona mediante un embrague acoplable HALDEX, que envía fuerza al eje trasero automáticamente si denota una pérdida de tracción, ya que, en circunstancias normales, la tracción es delantera. Este sistema, es realmente eficiente para su uso offroad, aunque también para conducción en asfalto es un plus de seguridad.

En carretera, el Yeti es un coche cómodo de conducir, aun siendo el tarado de las suspensiones algo blando, no muestra excesivos balanceos en las curvas, Los neumáticos de serie en medida 225/50/17″ también ayudan a conseguir mayor confort en todo tipo de vías, a la vez que son un buen calzado si quieres animarte en alguna carretera de curvas.

Fuera del asfalto, la sensación que obtienes al volante del Yeti es la de que, con este coche, puedes adentrarte, donde con otros ni te lo pensarías, salvo que ni fueras con un SUV de mayor tamaño. Nosotros estuvimos “jugando” con él en algunas trialeras, por las que ya habíamos tenido ocasión de conducir, incluso con su hermano mayor el Kodiak, y salió airoso de todo cuanto hicimos. Cierto es, que la altura libre al suelo no ayuda a salvar según que obstáculos, pero para conducir por nieve, barro o por pistas forestales, os aseguramos que os dejaría sorprendidos su comportamiento.

Cómodo para viajar, con 5 plazas reales y un buen maletero, es el compañero ideal para cualquier viaje, en el que puedes introducir ese toque aventurero gracias a que podrás salirte del asfalto con mucha facilidad. Su versatilidad es sin duda su mejor baza, ya que este coche permite tener lo que a veces echas de menos en un compacto y en un SUV. Veremos si ahora, con las dos variantes hermanas del Kodiaq y el Karoq, Škoda se plantea dejar convivir al Yeti dentro de su gama.

Escrito por, Miguel Angel Solá

Agradecimientos