En los últimos años, el mundo del automóvil ha vivido una de las mayores revoluciones de su historia. La transición hacia la electrificación, la proliferación de los SUV y los avances en tecnologías de asistencia han desplazado a los compactos deportivos puros del centro de la escena. Para aquellos que crecimos con el rugido de un motor de combustión y el tacto directo de un cambio manual, esta nueva era puede resultar fría y carente de emoción. Sin embargo, aún existen modelos capaces de mantener viva la llama del espíritu petrolhead: uno de ellos es el BMW M135i xDrive. Este pequeño deportivo compacto reúne tradición y modernidad, ofreciendo un equilibrio inusual entre sensaciones clásicas y prestaciones del siglo XXI.
Aunque su cuarta generación ha traído cambios profundos en su arquitectura y diseño, el M135i xDrive conserva la esencia de aquellos primeros Serie 1 de tracción trasera que tantos aficionados adoraron. Con una reducción de cilindrada frente a su antecesor, ajustes en su mecánica y una clara vocación polivalente, este modelo se perfila como una de las últimas oportunidades para disfrutar de un compacto premium que prioriza la experiencia de conducción sobre la pura eficiencia.
Diseño Exterior: Evolución y Carácter
La nueva Serie 1 estrena un lenguaje de formas que rompe con las líneas más comedidas de generaciones anteriores. El frontal, dominado por una parrilla de mayor tamaño y unos faros de forma más angulosa, aporta agresividad visual. Los paragolpes incorporan entradas de aire de mayor apertura y molduras en símil de fibra de carbono que realzan su espíritu deportivo. Aunque algunos puristas lamentan la pérdida de discreción, en vivo el conjunto gana presencia y positividad.
En la vista lateral, el músculo queda patente gracias a unos hombros más marcados y líneas fluidas que recorren la zona inferior de las puertas. Las llantas de aleación, disponibles de 18″ a 20″, pueden lucir diseños específicos M con radios en Y o dobles. La carrocería se asienta 10 mm más cerca del suelo en la versión M135i, un detalle sutil que mejora el centro de gravedad sin penalizar la habitabilidad.
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La zaga muestra cuatro salidas de escape de diámetro generoso, flanqueadas por un difusor de corte elevado que parece sacado directamente de un GT. El alerón integrado en la tapa del maletero aporta apoyo aerodinámico y subraya el enfoque dinámico. En definitiva, aunque el estilo recuerde a sus hermanos mayores —M3 y M4—, el M135i posee una identidad propia que lo hace reconocible a primera vista.
Motorización y Prestaciones: El Corazón del Compacto M
Bajo el capó delantero late un motor de cuatro cilindros con doble turbo y una cilindrada de 1 998 cm³. Con 300 CV a 5 000–6 250 rpm y un par máximo de 400 Nm entre 2 000 y 4 500 rpm, el nuevo M135i eroga seis caballos menos que la generación previa, pero conserva el empuje contundente que define a la gama M. Esta ligera reducción, junto con un aumento de peso de 25 kg, deriva en una aceleración del 0 a 100 km/h en 4,9 segundos —una décima más lenta— y una velocidad punta limitada electrónicamente a 250 km/h.
Sin embargo, los números no son el único parámetro a valorar. En la práctica, las sensaciones al volante se mantienen vigentes: el empuje surge desde bajas vueltas con una progresividad muy lograda, y la entrega de potencia es lo suficientemente lineal como para dosificar el gas con precisión. La unidad incluye el sistema de escape deportivo M, que no solo realza los decibelios sino que ofrece chispazos de carácter en reducciones fuertes, añadiendo un plus de espectáculo auditivo.
En cuanto al consumo, la homologación pasa de 7,4 l/100 km a 7,6 l/100 km en ciclo combinado WLTP. En nuestra prueba diaria, sin escatimar pisotones, la media real se situó en torno a 9,0 l/100 km, un registro respetable para un coche de su categoría y prestaciones.
Tracción xDrive y Dinámica de Conducción
A diferencia de las versiones base que adoptan tracción delantera, el M135i monta la tecnología xDrive de BMW, un sistema de tracción total inteligente. Su objetivo no es afrontar barro o nieve, sino mejorar el paso por curva y la seguridad en aceleraciones intensas. La distribución del par se gestiona electrónicamente, pudiendo enviar hasta un 100 % al eje trasero para mantener sensaciones casi de propulsión pura.
La experiencia en curvas reveló un comportamiento subvirador casi nulo: gracias al diferencial M, el M135i dirige la fuerza a la rueda exterior trasera que más lo necesita, imitándolo al trabajo de un piloto que busca afilar trazadas. La suspensión adaptativa M, con muelles y amortiguadores de tarado variable, mantiene la carrocería bajo control sin sacrificar confort en entornos urbanos.
En asfalto húmedo, la estabilidad permanece impecable. La electrónica se encarga de tamizar los límites de adherencia, pero siempre deja un margen de deslizamiento trasero controlado, indispensable para que el conductor no sienta que está al mando de un robot. La combinación de dirección deportiva M, diferencial activo y frenos de gran disco perforado asegura un tacto firme y preciso, digno de berlinas deportivas de categoría superior.
Modos de Conducción y Personalización
El BMW M135i xDrive ofrece varios modos de conducción (Eco, Comfort, Sport, Sport Plus y My Mode), que modifican parámetros de motor, caja de cambios, dirección, suspensión y respuesta del acelerador.
- Eco/Comfort: predominan el ahorro y el confort. El cambio es suave y las inercias al frenar se suavizan, ideal para el tráfico diario.
- Sport/Sport Plus: el motor se vuelve más responsivo, el cambio realiza las transiciones en puntos de giro más altos y la suspensión endurece para reducir balanceos.
- My Mode: permite guardar una configuración personalizada de los distintos parámetros.
El paso de Eco a Sport Plus se percibe de inmediato: las levas tras el volante cobran protagonismo, el escape se nota más vivo y hasta el pedal del acelerador parece “más duro”. Al activar Sport Plus, cada codazo al acelerador despierta al turbo con urgencia, y la caja DCT de doble embrague retiene marchas con soltura en los apoyos.
Experiencia al Volante: Adrenalina y Control
La magia del M135i reside en su capacidad para divertir sin poner en riesgo al conductor. El tacto de los pedales es un compendio de precisión: el acelerador da información constante de la carga del turbo, y el freno, con un recorrido corto y un punto de acople inmediato, permite dosificar el mordiente con gran confianza.
Acelerar en recta es contundente, pero el verdadero disfrute llega al encarar curvas enlazadas. El coche no solo mantiene el coche plano, gracias al control activo de suspensión y al refuerzo de la carrocería, sino que transmite cada impulso de las ruedas al volante. La dirección, rápida y sin concesiones, marca el paso con claridad, haciendo que cada corregida sea suave.
A velocidades sostenidas, el M135i se muestra estable y silencioso en el habitáculo, lo que resalta su versatilidad: es un deportivo para el disfrute los fines de semana, pero también un compacto premium para el día a día. Esta polivalencia es su gran virtud y también su gran desafío: ¿cómo mantener el carácter de un M sin renunciar a la practicidad urbana? BMW lo ha logrado de forma más acertada que nadie.
Interior y Tecnología: Lujo con Sutileza
El habitáculo del M135i combina materiales de alta calidad con detalles deportivos. Los asientos M Sport con refuerzos laterales recogen el cuerpo con firmeza, ofreciendo opción de tapicerías mixtas de cuero y Alcántara. El volante, de generoso grosor y con marcado rebaje inferior, incluye los botones para seleccionar modos y la tradicional tecla «M1/M2» para conmutar perfiles a golpe de pulgar.
La pantalla central de 10,25″ se integra en el salpicadero, ofreciendo control táctil y manejo por iDrive Controller, dispositivo giratorio que agiliza navegación en menús. A pesar de mi reticencia inicial, la última versión de software ha pulido notablemente su lógica; aun así, echo en falta un mando analógico más rotundo para el volumen y accesos directos a funciones principales (mapa, multimedia, teléfono).
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La instrumentación digital, con panel de 12,3″, presenta diversos esquemas: clásico, deportivo y modo M, donde aparecen datos de fuerza G, temperatura de aceite y par. Un detalle que hace vibrar a los entusiastas es la posibilidad de cambiar la estampa gráfica al entrar en modo Sport Plus, sumergiéndonos aún más en el universo M.
Habitabilidad y Capacidad de Carga
Aunque la zaga abandona el espacio generoso de un sedán, el Serie 1 mantiene unas plazas traseras suficientes para dos adultos de talla media. La altura al techo y el espacio para las rodillas mejoran ligeramente respecto a su predecesor, aunque las cabezas más altas rocen el techo. La plaza central trasera, por su túnel de transmisión más ancho, se limita a trayectos puntuales.
En lo que respecta al maletero, los 380 litros homologados se distribuyen de forma lógica. El piso es plano y la boca de carga, amplia, facilita introducir bultos voluminosos. Bajo la bandeja quedan huecos para triángulo y kit de reparación, liberando espacio de almacenaje secundario.
Competencia y Conclusión
En el panorama de compactos deportivos, el principal rival del M135i es el Volkswagen Golf R, que ofrece una mecánica similar en prestaciones, aunque con mayor empaque práctico y un precio más contenido. No obstante, el Golf R peca de un tacto algo más neutro y una estética menos personalizable. Otros candidatos, como el Audi RS3 o el Mercedes-AMG A35, plantean alternativas válidas, pero ninguno logra replicar al 135i la conjunción entre tradición M y sensibilidad al volante.
El BMW M135i xDrive es, por tanto, una de las últimas llamas de un segmento que agoniza frente al empuje de SUVs y eléctricos. Su precio es elevado, cierto, pero justificado por la tecnología M, su adaptabilidad al día a día y unas sensaciones al volante que transportan a épocas pasadas. Para un entusiasta mayor de 50 años, habituado a los GTI puros, representa la mejor manera de seguir sintiendo la gasolina en las venas sin renunciar a la modernidad.
En definitiva, el M135i xDrive conserva la esencia de los primeros Serie 1 y la eleva con una puesta a punto excepcional. Quienes busquen diversión a raudales en una carrocería compacta encontrarán difícil rival, mientras que su capacidad para el uso diario lo convierte en una opción aún más atractiva. Si la electrificación amenaza con borrar el legado de los compactos deportivos, este BMW es un oasis de autenticidad que todo petrolhead debe considerar.
Escrito por, Miguel Angel Solá
Agradecimientos
- BMW España
- Fotografías: Cristóbal Arjona



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