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Con el nuevo Porsche 911 Turbo S se completa la familia de motores bóxer. El recién llegado, equipado con dos turbocompresores VTG, se une a una larga e ilustre saga de predecesores. Encarna la pasión y la emoción, el ingenio y la experiencia de más de setenta años de diseño de coches deportivos.

El código genético de todos los motores bóxer actuales de Porsche es 9A2 y 9A2 evo, de cuatro y seis cilindros. Constituyen un sistema flexible de componentes individuales idénticos o técnicamente similares que juntos forman una base probada. También crean el margen para diferentes caracteres, como demuestra el número de combinaciones posibles: cuatro o seis cilindros, atmosféricos o turboalimentados, de dos a cuatro litros de cilindrada, de 250 a 640 CV de potencia y par entre 310 y 800 Nm.

Una cosa que tienen en común todos los miembros de la familia bóxer es la distancia entre centros de cilindros: invariablemente, 118 milímetros. Dentro de ellos se desplazan pistones de 91 a 102 mm. Dependiendo del cigüeñal, esa carrera puede ser de 76,4 o de 81,5 mm. Junto con el número de cilindros, esto da como resultado cinco cilindradas diferentes y nueve niveles de potencia en las gamas 718 y 911. Con un conjunto de piezas idénticas que se utilizan sin modificación en estos modelos, así como componentes con principios de diseño similares, el resultado es una alta sinergia en los elementos fundamentales del motor. Esto permite a los ingenieros concentrarse en el carácter individual de los elementos periféricos del motor, como los colectores de admisión y escape. El resultado es típico de Porsche: todos los motores bóxer llevan los mismos genes y, a pesar de sus diferentes caracteres, todos son igual de eficientes, emocionantes y poderosos.

Prestaciones

El nuevo motor turbo entrega una potencia asombrosa. La clave: turbocompresores mejorados con turbina de geometría variable (VTG) y válvulas de descarga, así como el rediseñado y más eficiente sistema para conducir el aire de admisión.

Eficiencia

La optimización de la fricción interna en el motor y un proceso de combustión rediseñado con inyectores piezoeléctricos colocados en el centro, permiten tanto una mayor potencia como una mayor eficiencia.

Emoción

Con cuatro o seis cilindros, atmosférico o turboalimentado: todos los motores bóxer de Porsche tienen en común un sonido característico, la capacidad para alcanzar altas revoluciones, la excepcional respuesta y un centro de gravedad bajo para el máximo placer de conducción.

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