Brands Hatch no es ajeno a las hazañas históricas de Porsche en carreras de resistencia. En abril de 1970, un 917 en manos de Pedro Rodríguez y Leo Kinnunen ganó la carrera de 1.000 kilómetros bajo la lluvia por una increíble diferencia de cinco vueltas. Y, en julio de 1984, Porsche ocupó los seis primeros puestos en la misma prueba, con la victoria del 956 de Jan Lammers y Jonathan Palmer.
La prueba comenzó a las 7:00 de la mañana y terminó a las 20:00, lo que significa que pasaron muchas horas rodando en Brands Hatch en completa oscuridad. Al igual que en la carrera de 1970, la lluvia intermitente y los fuertes chubascos hicieron que la superficie de la pista estuviera siempre húmeda, pero el equipo estelar de pilotos experimentados, que completaron dos o tres tandas de unos 90 minutos, demostró estar a la altura del desafío.
El Taycan 4S en el circuito de Brands Hatch
Al mismo tiempo y en la misma categoría, el Turbo S se adjudicó los récords de tiempo empleado para recorrer 200 kilómetros, 100 millas y 200 millas con salida en parado, además de los récords de distancia recorrida en tres horas (252,356 km), seis horas (450,065 km) y 12 horas (915,762 km), siempre con salida en parado.
La falta de adherencia y la necesidad de conservar la carga exigían que los pilotos trazaran las curvas lo más rápidamente posible. De esa forma, se reducía la pérdida de energía que se produce al frenar y volver a acelerar. Attwood y Palmer, acostumbrados a este tipo de gestión de la energía por su experiencia en carreras de resistencia, pudieron transmitirla a la siguiente generación, King y Dorlin. En las últimas vueltas, ambos coches consiguieron un ahorro de energía de alrededor del 5% por vuelta, gracias a que afinaron la técnica de conducción.
La sofisticada gestión térmica del Taycan demostró ser otra baza importante a la hora de recargar. El sistema inteligente y altamente eficiente utilizado para enfriar y calentar los componentes de alto voltaje evita posibles pérdidas de potencia por exceso de calor, además de optimizar la batería antes del proceso de carga. A pesar de una temperatura ambiente de solo ocho grados en Brands Hatch y del calor generado por la conducción constante a velocidad alta, la temperatura de la batería estuvo siempre dentro del rango adecuado.