Tras haber experimentado ya con el BMW 520d de octava generación que hace unos meses pasó por nuestra redacción, ha llegado el momento de analizar una de las variantes más innovadoras y destacadas de esta berlina premium: el BMW i5. Este modelo 100% eléctrico no solo representa un paso adelante en la electrificación de la firma bávara, sino que también redefine el concepto de eficiencia y prestaciones dentro de esta categoría.
La estrategia eléctrica de BMW continúa expandiéndose a paso firme. Actualmente, su gama de vehículos eléctricos cuenta con siete modelos que abarcan desde compactos hasta SUVs pasando por las variantes berlinas, coupés o touring. Sin embargo, el i5 marca un hito especial, ya que es la primera vez que el Serie 5 ofrece dos versiones (berlina y touring) completamente eléctricas. Esto resalta la ambición de BMW por liderar el segmento de lujo en la era de la electrificación.
Para esta prueba, nos ponemos al volante de la versión de acceso, denominada i5 eDrive40, que, como veremos, tiene poco de «acceso». Con 340 CV de potencia y un par motor de 430 Nm, este modelo es una combinación perfecta de elegancia, sostenibilidad y rendimiento. Por encima de esta variante, se encuentra el i5 M60 xDrive, que lleva la potencia a impresionantes 601 CV, acercándose más a las prestaciones de un superdeportivo.
Diseño: evolución con identidad propia
Estéticamente, el i5 eDrive40 mantiene la esencia de la octava generación del Serie 5, pero introduce algunos elementos distintivos que destacan su carácter eléctrico. La parrilla frontal cerrada, característica de los modelos eléctricos de BMW, no solo mejora la aerodinámica, sino que también refuerza su presencia moderna y minimalista. Además, los detalles en azul eléctrico en el exterior y el logo específico de BMW i subrayan su identidad.
En cuanto a dimensiones, este modelo sigue siendo una berlina espaciosa y equilibrada, ideal tanto para trayectos urbanos como para viajes largos. El diseño trasero limpio y sofisticado, junto con las líneas fluidas de la carrocería, contribuyen a una estética elegante que se mantiene fiel al ADN del Serie 5.
Interior: lujo digital y confort absoluto
El interior del BMW i5 no solo mantiene el nivel premium que esperamos de la marca, sino que también lo lleva un paso más allá. La incorporación de la BMW Curved Display, un panel curvo que integra el cuadro de instrumentos y el sistema multimedia, transforma el habitáculo en un espacio futurista. Este sistema combina tecnología avanzada con una interfaz intuitiva y personalizable que facilita la interacción con el vehículo.
Otro elemento destacado es la BMW Interaction Bar, una franja iluminada que recorre el salpicadero y las puertas delanteras. Este sistema permite que el vehículo interactúe con los ocupantes a través de diferentes códigos de color, añadiendo un toque de dinamismo al interior.
El confort también es una prioridad en este modelo. Los asientos delanteros ofrecen múltiples ajustes eléctricos, soporte lumbar y calefacción, garantizando una experiencia de conducción relajada incluso en trayectos prolongados. En el espacio trasero, el i5 brilla con amplitud y calidad, consolidándose como una opción ideal para quienes buscan una berlina que combine lujo y funcionalidad.
Prestaciones: eficiencia y emoción al volante
Encender el i5 eDrive40 es una experiencia en sí misma. Al pulsar el botón de arranque, lo primero que se percibe es el silencio absoluto, una de las características más distintivas de los vehículos eléctricos de la marca. A medida que avanzamos los primeros metros, es evidente que los 340 CV y el par de 430 Nm están perfectamente calibrados para ofrecer una aceleración suave pero contundente. Según datos oficiales, este modelo acelera de 0 a 100 km/h en solo 6 segundos y alcanza una velocidad máxima de 193 km/h.
El modo Boost, activado mediante una leva específica en el volante, transforma la experiencia de conducción. Al pulsarlo, el motor entrega su potencia de forma inmediata, proporcionando una sensación de empuje que pone una sonrisa en el rostro del conductor. Aunque no alcanza los niveles extremos de las versiones M de BMW, el i5 eDrive40 es más que capaz de ofrecer momentos emocionantes al volante.
Para quienes buscan aún más rendimiento, BMW ha lanzado una variante con tracción total: el i5 xDrive40. Esta versión añade un motor eléctrico delantero que eleva la potencia combinada a 394 CV y el par a 590 Nm, mejorando tanto la tracción como la dinámica en condiciones adversas.
Dinámica de conducción: equilibrio perfecto
Uno de los aspectos más sorprendentes del BMW i5 eDrive40 es cómo logra combinar agilidad y estabilidad, a pesar de su tamaño y peso (superior a las 2,2 toneladas). Esto es posible gracias a una puesta a punto excepcional, que incluye una suspensión deportiva profesional y una dirección progresiva variable. Ambos elementos trabajan en conjunto para ofrecer una conducción precisa y dinámica, manteniendo las sensaciones deportivas que han definido históricamente al Serie 5.
En autopista, el i5 se comporta como una auténtica «alfombra voladora», absorbiendo las irregularidades del asfalto con facilidad y ofreciendo un confort excepcional para todos los ocupantes. Incluso a altas velocidades, el vehículo se siente sólido y bien plantado, inspirado confianza al conductor.
Eficiencia: autonomía y recarga
La eficiencia es otro de los puntos fuertes del i5 eDrive40. Con una batería de 81,2 kWh de capacidad útil (83,2 kWh brutos), BMW homologa un consumo medio de 16 kWh/100 km, lo que se traduce en una autonomía teórica de hasta 582 kilómetros. En nuestra prueba, el consumo real se situó en torno a los 22,1 kWh/100 km, lo que sigue siendo un dato impresionante para un vehículo de estas características. Esto permite recorrer aproximadamente 400 kilómetros con una sola carga en condiciones normales. Hemos de decir, que para nuestra prueba recurrimos a la carretera que sube a Santa Fé del Montseny, siendo esta una subida continúa, lo que hizo, aunque en la bajada recuperó, un consumo excesivo de la batería.
Por supuesto, el estilo de conducción influye notablemente en el consumo. En modo Sport, donde el coche se vuelve más reactivo y deportivo, el consumo puede superar los 21 kWh/100 km, reduciendo la autonomía a menos de 400 kilómetros. Aun así, la capacidad de carga rápida del i5 compensa estas cifras. En tomas de corriente continua, admite hasta 205 kW, lo que permite pasar del 0 al 80% de carga en solo 30 minutos. En corriente alterna, la potencia máxima es de 11 kW, requiriendo unas 8 horas para una carga completa.
Comparativa y valoración final
La electrificación es un camino inevitable, y BMW lo ha adoptado con determinación, de ahí como comentábamos al inicio de la prueba que ya cuenten con hasta 7 modelos en su inventario. El i5 es un ejemplo claro de cómo la marca puede combinar sostenibilidad con las características premium que la han definido durante décadas.
Su precio, que parte de los 76.750 euros para la versión eDrive40, puede parecer elevado en comparación con modelos diésel como el 520d xDrive, pero ofrece una experiencia completamente diferente. La versión diésel, aunque más económica y capaz de recorrer hasta 1,300 kilómetros con un solo tanque, no iguala el refinamiento tecnológico ni las prestaciones dinámicas del i5.
En definitiva, el BMW i5 eDrive40 es un modelo que redefine el concepto de berlina eléctrica premium. Combina un diseño elegante, un interior cargado de tecnología y confort, y unas prestaciones que satisfacen tanto en términos de eficiencia como de emoción al volante. Para quienes estén listos para dar el salto a la movilidad eléctrica sin renunciar al lujo y la exclusividad, este modelo es una elección indiscutible.
Escrito por, Miguel Angel Solá
Agradecimientos
- BMW España
- Hotel Casa Ana María
- Fotografías: Cristóbal Arjona