Estamos frente a la séptima generación del BMW M5, que en esta ocasión llega como berlina y como Touring. Nosotros hemos probado por el momento la carrocería de cuatro volúmenes, y hemos de decir que el sistema híbrido de este bólido nos convence y mucho.
Esta nueva generación tiene como carta de presentación ser la berlina más potente que la marca jamás a creado, gracias a sus 727CV de potencia, además de disponer de una autonomía de hasta 69 kms en modo 100% eléctrico. Estamos seguros de que, a más de uno, el hecho de que este coche ahora sea un híbrido enchufable se le pueda atragantar, pero nada más lejos de la realidad, pues bajo el capó delantero encontramos un motor V8 turboalimentado que cumple a la perfección con su función.
El M5 que hoy os presentamos poco tiene que ver con su primera generación, aquella que se presentó en 1985 en el Salón del Automóvil de Ámsterdam, que por aquel entonces se convirtió en la berlina más rápida del mundo con motor de seis cilindros en linea y una potencia de 286CV.
Generación tras generación, su motor V8 biturbo ganaba potencia, a la vez que se introdujo el sistema de tracción integral xDrive en la generación del F90, la que se presentó en 2017 con 626CV, una decisión que aquellos más puristas no vieron con buenos ojos, porque hasta la fecha todos los M de la marca habían sido de propulsión trasera. Esta norma para la marca se ha ido introduciendo en otros modelos como el M3 o el M4, mejorando así no solo la seguridad sino también la capacidad de tracción dadas las potencias con las que se trabaja con las motorizaciones actuales. Ahora bien, siempre tienes la posibilidad de desconectar ese sistema y tienes un tracción trasera.
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El diseño del nuevo BMW M5 no pasa desapercibido, y está claro que cuando lo ves, a primera vista, tiene elementos suficientes para saber que estas frente a este deportivo, y no frente a una Serie 5 con el Pack M. Es una berlina, y como tal tiene una estampa elegante, pero a ello se le suman multitud de elementos que demuestran que es un deportivo en toda regla.
La parte frontal ya nos deja entrever lo que hay a continuación. La parrilla es poderosa, y su sensación se agranda más todavía cuando cae la luz y esta se retroilumina, ya que parece duplicarse la anchura de esta. Los pasos de rueda sobredimensionados empoderan también la parte frontal, en la que también destaca el faldón con sus sendas entradas de aire que canalizan flujo hacia los frenos y aire fresco para el radiador situado en la posición más baja del vano motor.
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En la vista lateral destacan las llantas de 20” en el tren delantero (285/40/20) y de 21” (295/35/21) en el trasero, que dejan entrever el equipo de frenos carbocerámicos (opcionales), así como el logotipo de esta versión en la curva Hofmeister del pilar C.
Ahora bien, es la zaga quizás la que mejor representa y encarna la esencia del M5, donde destaca por encima de todo el difusor en el que se ubican las dobles salidas de los escapes. De forma opcional, muchos de estos elementos pueden ser de fibra de carbono, lo que enfatiza más si cabe el talante deportivo de esta berlina.
INTERIOR SOBRIO, DEPORTIVO Y TECNOLÓGICO
El habitáculo del M5 es un compendio entre la tecnología y el lujo, gracias claro está al uso de materiales nobles o sostenibles en un interior que está perfectamente organizado y en el que premia el confort y la ergonomía. Lo primero que delata al M5 son sus asientos semi backets, en los que encontramos el logo identificativo de este modelo retroiluminado en la zona del cuello. Estos asientos recogen el cuerpo a la perfección, son muy cómodos para viajar e ideales para hacer tramos de curvas, donde los apoyos laterales son continuos. Además, están dotados de un sistema de climatización, calefacción y de masajes.
El volante dispone un tamaño y un grosor perfectos, dispone la parte inferior achatada y tras su levas, encontramos dos pulsadores que nos dan acceso a los modos de conducción personalizados M1 y M2. Tras este, encontramos el sistema Curved Display, que se compone de una pantalla de 12,3” para el salpicadero, que es totalmente personalizable en vistas, y otra de 14,9” para el sistema de infoentretenimiento, que incluye contenidos específicos para esta unidad y funciona bajo el sistema operativo BMW 8.5. Es totalmente compatible con Android Auto y Apple CarPlay. Desde aquí podemos acceder también al selector de modos de conducción, desde es que posible configurar de forma totalmente personalizada elementos como el cambio, la suspensión, el sonido del escape o la intrusión del control de tracción a través de la aplicación M Driver.
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Las plazas traseras son cómodas, y pueden acoger sin problemas a tres ocupantes, eso sí, la plaza central no es tan cómoda como suele pasar en todas las berlinas salvo las eléctricas como las laterales. El maletero por su parte es el gran penalizado por el sistema Hybrid, aun así, ofrece 466 litros de capacidad frente a los 520 litros de un modelo de combustión.
El sistema de iluminación ambiental ofrece los colores del logotipo ///M, con diferentes animaciones lo que unido a otros detalles exclusivos hacen que en todo momento recuerdes dónde te has sentado y que llevas entre manos.
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En lo que a precio se refiere el nuevo BMW M5 no es barato, pero ¿es caro? Depende de con qué lo comparemos, ahí está la clave. Si buscamos deportivos de combustión con 720CV y con capacidad para cinco plazas, no hay muchos coches donde escoger, así que es una alternativa plausible para aquellos que buscan un coche que sea un daily, pero con la capacidad de sacar el piloto que todos llevamos dentro.
Parte en unos muy generosos 169.000€ en el configurador de la marca, a lo que si le sumamos opcionales de nuestra unidad de pruebas como las llantas bicolor Mid Night Grey (1.080€), Cuero Merino BMW Individual (1.537€), Paquete Comfort (2.160€), Paquete M Driver (2.790€), Paquete Exterior M Fibra Carbono (3.644€), Ultimate Package UE (24.678€), Driving Assistant Plus (2.533€) o los Frenos M de Carburo de Silicio Reforzado (11.264€) nos queda un precio total de 191.000€. Sus principales rivales son el Porsche Panamera Turbo e-Hybrid (680CV) y un precio de 204.000€ o el Mercedes AMG GT 63 S E Performance 4 Puertas con 843CV y 249.000€.
MOTOR. LA COMBINACIÓN PERFECTA
Vamos a lo que más nos interesa de este nuevo BMW M5, el corazón que esconde bajo el capó delantero, en el que encontraremos un V8 Biturbo de 4.4 litros y un motor eléctrico que en conjunto suman la friolera de 727CV y 1.000 Nm de par motor. Con estas cifras, esta berlina se convierte en el BMW más potente de la historia de la marca, solo superado por el BMW XM Label Red. Está ensamblado a una caja de cambios de 8 velocidades, M Steptronic que permite la regulación de la velocidad de los cambios, disponiendo además a través del sistema M Drive Professional de Launch Control entre otras funciones.
Las prestaciones del M5 son de infarto, más todavía teniendo en cuenta que lastra casi 2,5 toneladas. Acelera de 0 a 100 en 3,5 segundos y puede lanzarse hasta los 305 km/h con el pack M Driver, de lo contrario se quedará en los 250 km/h.
Para alimentar el sistema eléctrico , encontramos una batería de 18,6 kWh de capacidad, lo que permite una autonomía de hasta 69 kms (WLTP) y otorga a esta bestia la etiqueta de 0 emisiones de la DGT con todos sus plausibles beneficios.
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Para transmitir todo este potencial al asfalto encontramos al infalible sistema de tracción integral M xDrive, que en un inicio prima la tracción al eje trasero y que permite de forma electrónica ajustar el reparto de potencia y envío de par entre ambos ejes, bien sea a través de los modos de conducción o configurando por separado esta opción. Si quieres aventuras y dejar una trazada de goma negra en el asfalto, tan solo deberás seleccionar el modo 2WD, desconectar el control de tracción y dar gas. La diversión está más que asegurada, pero esto es mejor hacerlo en un entorno controlado como lo es un circuito, ya que tener 1.000 Nm de par en el eje trasero si no eres un experto piloto, en carretera abierta podría jugarte una mala pasada.
Uno de los elementos claves en esta berlina es la suspensión adaptativa M que permite regular su dureza de forma individual o bien a través del M Drive Modes, así como el sistema del eje trasero direccional, que optimiza las trazadas en curvas rápidas afirmando además al tren trasero y haciéndote sentir que llevas un coche más pequeño.
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Para configurar el M5, disponemos de un generoso menú, denominado M Setup, desde el que se puede controlar de forma individual, la respuesta del cambio de marchas en tres niveles, la dureza de la amortiguación también en tres niveles, el tacto de la dirección, la frenada o la capacidad de recuperación de energía durante las frenadas o las fases de desaceleración.
Por su parte el sistema de tracción integral M xDrive, permite escoger entre 4WD, que vendría siendo la tracción total, 4WD Sport con un ajuste un tanto más deportivo que permite ligeros desplazamientos y una denominada 2WD pensada para circuito básicamente, ya que toda la potencia pasa al eje trasero dejando además inutilizado el control de estabilidad.
En cuanto al sistema Hybrid, también tiene varios modos, pudiendo escoger entre Hybrid (combinación automática de ambos motores), Electric (conducción 100% eléctrica), Control (se carga la batería y refrigera el sistema de impulsión para conseguir la máxima potencia), mientras que los modos Dynamic y Dynamic Plus quedan reservados para dar prioridad a la entrega de potencia en recorridos cortos, como bien podría ser para su uso en circuito.
Todos estos modos se pueden combinar entre sí, lo que te deja un abanico de posibilidades ideal para disfrutar del M5 en función del escenario por el que conduzcas o pilotes. Ahora bien, todas esas funciones, para facilitar su uso, se pueden programar con los botones M1 y M2 que encontramos en el volante. Y por si todo fuera poco, en el selector de la consola central encontramos a través del M Mode tres modos más, Road, Sport y Track. Como veis, todo aquí está pensado para, o bien ofrecer confort, como en una berlina, o bien convertir a esta berlina en un deportivo de pura casta.
DINÁMICA RESOLUTIVA
Este coche es una berlina, razón por la que es realmente cómodo si lo quieres utilizar como tal, es decir, para tu día o bien para hacer largos viajes. Sopena de los consumos que en autopista o autovía no bajarán de los 11 litros a los 100, es un coche que ofrece un alto grado de confort para conducirlo y más todavía para ir de pasajero. Pero, tenemos la otra cara de la moneda, así que una vez entrados en carreteras secundarias y como no, vías en las que las curvas se suceden una tras otra, sacarás a relucir su lado más deportivo.
La sensación que hemos tenido con este coche a la hora de conducir rápido en estas carreteras ha sido de que es “muy grande”, y en todos los sentidos. En cuanto a tamaño (5,10 metros), pero sobre todo en cuanto a su peso, y su relación con la potencia. Ya no por sus 727CV sino por la descomunal cifra de 1.000 Nm, que te catapultan a una velocidad de vértigo entre curvas, lo que hace, que si estas son muy continuadas acabes perdiendo la finura que esperas encontrar en un deportivo, pero ahí está el hecho de ser tan grande, que esto a veces llega a penalizar; por un lado, no puedes sacar a relucir todo su potencial y por otro, porque tienes que hilar muy fino. Ahora bien, estamos seguro de que, en circuito, este deportivo brillará por todo, o lo que es lo mismo en autovías o autopistas en las que podamos hacer curvas rápidas, donde parecerá que esté literalmente guiado por railes, pues el aplomo que tiene es sencillamente brutal.
El tarado de la suspensión no es blando por así decirlo, pero absorbe bastante bien todas las irregularidades del asfalto, no es quizás tan radical como el del BMW M3 Touring que hace unos meses probamos. Todo el conjunto está optimizado para ofrecer lo mejor de dos mundos, o mas bien, para representar sus dos almas, la de berlina y la de un deportivo.
La sensación de aceleración de este BMW es impresionante, por un lado, porque se parece mucho a la que tienen otros deportivos 100% eléctricos que hemos probado, pero por otra parte porque sabes que llevas un V8 bajo el capó, y eso es algo que se escucha cuando decides hundir el pie en el acelerador. Quizás no es un sonido tan contundente como el de anteriores generaciones, pero te hace sentir vivo. La mejor de las sensaciones de conducción es cuando sales de una curva y aceleras, aquí es cuando te das cuenta de que el proceso hacia la electrificación en un coche como este tiene todo el sentido del mundo.
NUESTRA OPINIÓN
Nos tenemos que quitar el sombrero una vez ante el BMW M5 como hace unas semanas hicimos con el BMW XM 50e que también probamos. Parece que, en la marca, hacer deportivos con un sistema híbrido tiene sentido en este momento y la verdad es que lo están bordando, porque un M5 no pierde la esencia de sus inicios, más bien la enfatiza. Habrá quien esté de acuerdo o no con esta afirmación, pero en este tedioso camino hacia la electrificación BMW ha sabido adaptarse y prueba de ello son sus modelos que utilizan este sistema, además claro está de las versiones 100% eléctricas que también lucen el apellido M.
Escrito por, Miguel Angel Solá
Agradecimientos
- BMW España
- Bodegas Parés Baltà
- Fotografías: @cristobalarjonafoto