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Fue en el Concorso d’Eleganza Villa d’Este en 2019, cuando BMW llevó el prototipo de la BMW R18, denominado Concept R18, que acaparó todas las miradas junto al resto de vehículos que allí se expusieron. Esa Concept, ya dio buena cuenta de que el motor big bóxer de 1.800cc sería el pilar central de esta Cruiser.  

Posteriormente, BMW nos volvió a asombrar, pues todo esperábamos al modelo de producción que bien podría haberse presentado en el EICMA de Milán ese mismo año, pero no fue así. No en vano, presentaron la Concept R18/2, otro modelo que daba ya una idea más profunda de cómo sería la R18 actual, una Cruiser dinámica, moderna, pero con la esencia de los modelos de antaño de la marca y donde el big bóxer seguía siendo el gran protagonista. Pero ni fue hasta abril de 2020, cuando BMW, y por el COVID, tuvo que presentar a la R18 de producción al mundo entero de forma virtual.

Un lanzamiento sonado

Antes de presentar el modelo de producción, la BMW R18 ha pasado por algunos preparadores que han llevado al límite el diseño y la personalización de esta Custom, entre ellos el mismísimo Rolan Sands, que desnudó a la R18 para crear la R18 Dragster una bestia que luce como ninguna otra al big bóxer en todo su esplendor, junto a piezas tan exclusivas como un escape de acero inoxidable, las horquillas delanteras tomadas de la BMW R Nine T, el asiento personalizado de RSD de Saddlemen o las manetas y palancas manuales fabricadas en aluminio fresado.

Otro de los preparadores más prestigiosos de motocicletas, Bernhard Naumann, más conocido como Blechmann en este mundillo ha llevado a cabo el proyecto denominado Blechmann R18. Este “creador”, fue eliminando las piezas originales para crear así un folio en blanco que le llevó a modificar el frontal, dotándola de una nueva firma lumínica y un semicarenado, así como de un depósito más estilizado que expone más todavía la vista del motor bóxer. Fueron precisas más de 450 horas por parte de todo su equipo para llevar a cabo esta increíble customización sobre una R18 original.

Ahora bien, si hay una preparación que podría bien ser la moto que Batman podría utilizar en una próxima entrega, es la Spirit of Passion. Aquí, los chicos de Kingston Custom, ha carenado por completo a la R18 basando así su diseño en el estilo clásico art decó.

Con todo lo anteriormente expuesto, queremos decir que la BMW R18 es, y será una moto que se preste a llevarla a niveles de personalización infinitos, en función claro está, de cuál sea tu presupuesto.

Y hablando de presupuesto, nuestra unidad de pruebas se corresponde con la First Edition, con un precio de salida de 24.590€, extras aparte, en los que podemos incluir la marcha atrás eléctrica, los puños calefactables, tres modelos de llantas o el control de velocidad entre otros que engrosarán más si cabe la factura.

Pero al final, sabes que la inversión en un R18 no es por la compra de moto solamente, sino por una filosofía que te traslada en el tiempo hasta 1923, para rendir un claro homenaje a las primeras bóxer que fueron presentadas en el Salón de Paris de ese mismo año. Ahora, cerca del centenario de ese tan legendario motor, la marca quiere dejar un legado como lo es la R18, basada en la mítica R5 del año 1936, una moto que ha quedado grabada en la retina de cualquier fan de BMW o de cualquier amante de las dos ruedas. Quizás, estos argumentos te hagan razonar a la hora de hacer un desembolso económico para justificar su precio, pero como decimos no tendrás solo una moto, sino un pedazo de la historia de BMW y como no, un estilo de vida propio.

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El mercado objetivo de la BMW R18 es el americano, ya que es el más grande del mundo en cuanto a ventas de motocicletas. Un mercado copado por las Harley-Davidson, las Indian, así como por verdaderas creaciones artísticas de los mejores preparadores del mundo, como bien podrán ser los Orange County Choppers.

Fabricada a la antigua usanza

La BMW R18 se asienta sobre un bastidor tubular de acero de doble bucle. El basculante trasero muestra un diseño incomparable, rodeando la transmisión del eje trasero en un estilo auténtico mediante conexiones atornilladas. Y que decir de su transmisión por cardan cuyo eje está a la vista, una técnica que se presentó en el primer prototipo y que nadie pensaba, suerte que inequívocamente no ha sido así, llegará al modelo de serie.

El esquema de suspensiones es básico y no recurre a elementos tecnológicos ni ajustes electrónicos. En el eje delantero encontramos una horquilla telescópica de 49 mm, con un recorrido de la suspensión de 120 mm, y en la parte trasera una suspensión central cantiléver montada directamente con amortiguación en función de la marcha y precarga del muelle ajustable con un recorrido de 90 mm.

La altura del asiento al suelo es de solo 690 mm lo que permite mover con bastante facilidad los 345 kg que lastra la R8 con el depósito de gasolina lleno. Para llevar a cabo movimientos desde parado y marcha atrás, o básicamente para aparcarla, BMW de forma opcional, ofrece un motor eléctrico para poder mover la moto.

Su posición de conducción puede tildarse de cómoda, pero llega a cansar cuando llevas varios kilómetros montándola, ya que la posición retrasada de los estribos hace que vayas con las piernas muy encogidas.

La instrumentación de la R18 es simple y clara. Está representada en un solo reloj que a la vez hace de velocímetro e incorpora una pequeña pantalla de cuarzo líquido que nos indica las vueltas del motor, marcha engranada, reloj, el modo de conducción seleccionado, velocidad media, consumo medio o kilómetros recorridos.

El faro, es un prodigio de la tecnología, ya que no solo incorpora luces LED, sino que además ilumina el interior de la curva en los giros, lo que se traduce en un mayor campo de visión para el conductor con respecto a lo que puedas encontrarte en el carril contrario.

Una de las cosas que nos ha encantado en esta moto, es que no hay uso masivo de plásticos, todo es aluminio y acero, por decirlo de alguna manera es una moto construida a la antigua usanza. Pero no por ello la R18 deje de presentar soluciones tecnológicas, por que las tiene. En primer lugar, han dispuesto tres modos de conducción, cuyos nombres para esta Cruiser son del todo acertados; Rock (el más dinámico de todos), Roll (Intermedio) y Rain (bajo). Estos modos cambian el comportamiento del motor para hacerlo más explosivo o tranquilo, a la vez que sensibilizan el recorrido del acelerador, a la vez que intervienen en el sistema ASC y la frenada guiada por un sistema ABS.

El motor con mayor cilindrada fabricado por BMW

El motor bóxer de la R18 es un bicilíndrico de 1802 cc con cuatro válvulas por cilindro que entrega una potencia de 91CV a 4.750 rpm y un par motor de 150 Nm disponible entre las 2.000 y las 4.000 rpm. Está refrigerado por aire y por un radiador de aceite. Dispone de un cambio de 6 relaciones y tiene marcha atrás eléctrica, y su transmisión como no podía ser de otra manera en esta marca es por cardán, además con un eje visto. Como si de un automóvil se tratara BMW ha recurrido a un embrague hidráulico monodisco.

La actual normativa Euro 5 hace que el sonido del motor bóxer de la R18 se dilapide un poco, incluso hemos llegado a pensar en nuestra prueba que una BMW R nine T suena más, aun así, lo que sale por los escapes de cola de pez, es música celestial para quien sepa apreciar la melodía de este big bóxer.

En cuanto al consumo, BMW Motorrad anuncia 5,6 litros a los 100 km, y en contra de lo que suele ocurrir, es una cifra muy cercana a la realidad. Durante nuestra prueba el ordenador de abordo nos indicó una cifra de 5,7 litros en los más de 250 kilómetros que llevamos a cabo. Esta autonomía es muy buena para un depósito de gasolina cuya capacidad es de 16 litros.

En marcha con la R18

Conducir una BMW con motor bóxer es una sensación indescriptible y que tienes que probar, ya que la moto, cuando aceleras se balancea de un lado a otro. En el caso de la R18, este balanceo tiende a inclinarla hacia el lado izquierdo, efecto que viene motivado por el giro del cigüeñal en el sentido contrario a las agujas de reloj. Al principio, la sensación es como si te hiciera perder el equilibrio, pero cuesta muy poco habituarse a ella, siendo además algo tan curioso que te acaba haciendo hasta gracia.

Por su concepción de Cruiser, la BMW R18 no está pensada para ir rápido, sino para ir en una montura por la que disfrutar allí por donde decidas ir. La urbe no es su medio, pues sus dimensiones y su peso complican bastante la movilidad, sobre todo a la hora de aparcarla o si quieres moverte entre los coches. Aquí sus casi dos metros y medio de longitud y su distancia entre ejes de 1.731 mm no juegan en su favor, ni su peso de 350 kg, pero si para hacer kilómetros y kilómetros, pues las autovías y las carreras de grandes giros le sientan muy bien.

La R18 es casi perfecta, y por sacar dos pequeños defectos, destacaríamos el que más nos ha preocupado durante la prueba, y es que dada su escas altura, las estriberas tocan constantemente en el suelo a la hora de abordar curvas, incluso en la ciudad en los giros de las calles es fácil tocar con ellas en el asfalto. El otro, es la posición del radiador del aceite que está demasiado expuesto lo que puede propiciar recibir algún que otro golpe.

La frenada se confía a dos discos delanteros de 300 mm con pinzas de cuatro pistones para ambos ejes. Los neumáticos son de medida 120/70-19 delante y 180/65-16 detrás y son los encargados de engullir todas las irregularidades que puedas encontrar en el asfalto mientras la conduces.

La verdad, es que esta moto, precisa de un pequeño periodo de adaptación, por su concepción, volumen y peso, pero cuando te haces a ella, te da cuenta de que se han esmerado mucho para hacer no solo una moto que sea objeto de miradas, cuando pasees por una gran avenida de cualquier ciudad, sino que han fabricado una moto que hará sentir cada kilómetro que ponerte tras el manillar de una BMW R18 es como pilotar en un viaje al pasado, pero con la tecnología de hoy en día.

Todo en la R18 se vive con sensación, desde el sonido del motor, su balanceo, su empuje continuo que no parece tener fatiga o la sensación de doblegarte en las curvas acompañando a una escultural Cruiser que va loca por hacer kilómetros.

Conclusión

La BMW R18 es una de aquellas motos que te comprarías solamente por el hecho de tener un pedacito de la historia de BMW, un símil de la R5, pero puesta al día. Una moto que bien podrías tener en el salón de tu casa formando parte de la decoración, como si de una obra de arte se tratara.

Pero más allá de todo esto, cada vez que la montes, sentirás la experiencia que ofrece conducir un moto de este estilo con un motor bóxer que en todo momento te recuerda con los latidos de sus dos pistones opuestos que llevas entre manos una reliquia que ha nacido para ser disfrutada por todo aquel que entienda la esencia de esta moto.

Escrito por, Miguel Angel Solá

Agradecimientos

  • BMW España
  • By City
  • Fotografías: Cristóbal Arjona

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