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MINI España nos sorprendió hace unos días con la presentación de la nueva gama John Cooper Works ya que fue algo diferente a lo que nos tienen acostumbrados, ya que nos vislumbraron con un escenario idílico e ideal para poner a prueba a estos bólidos, el circuito que Nokian Tyres tiene en la provincia de Toledo, para llevar a cabo el desarrollo de su producto, el denominado Circuito Hakka Ring, que viene a ser algo parecido al Circuito de Idiada que todos conocemos.

Allí, nos tenían preparada una jornada en la que hasta el calor sofocante que hacía no fue para nada un impedimento para disfrutar de cada uno de los caballos o kW de los nuevos MINI John Cooper Works.

Tras recibirnos en las instalaciones de Hakka Ring, en una esmerada rueda de prensa, nos pusieron en contexto sobre la historia de MINI, así de donde provienen los modelos más potentes con este apellido tan largo. Nuestro día se dividiría en diversas pruebas que llevaríamos a cabo durante toda nuestra jornada. Tras levantar el telón, y con los MINI de fondo, empezamos nuestra aventura en Hakka Ring.

CONOCIENDO LA HISTORIA DE MINI

La primera de las estaciones nos llevó a dar un repaso más exhaustivo sobre la historia de la marca. Hace nada más y nada menos que 65 años, teniendo en cuenta las necesidades de aquella época, un parque móvil que disponía de vehículos enormes que consumían mucho combustible, a alguien se le ocurrió crear un coche que fuera pequeño para circular por la ciudad, así que a Sir Alec Issigonis, como buen “fundador” de una buena idea en un lugar cualquiera, en este caso una cafetería, cogió lo que mas a mano tenía, una servilleta de papel, y llevó a cabo un esbozo de lo que sería el primer MINI.

La idea era hacer un coche, pequeño y ágil para poder circular por las ciudades, pero para ponerlo en escena, y en ojos de todo el mundo, MINI decidió llevar al mundo de la competición a sus coches, siendo la que le dio esa visibilidad mundial, el famoso Rally de Montecarlo, donde en 1964, 65 y 67 se alzó con la victoria dejando a otras leyendas del mundo de la competición relegadas, consiguiendo así, que la marca fuera mundialmente conocida.

Posteriormente, en la década de los 90, Rover si hizo cargo de la marca MINI, hasta que unos años más tarde quebró, dejando a la marca en tierra de nadie, suerte que BMW fue una visionaria y rescató a MINI, llevándolo hacia este siglo con nuevos modelos y una nueva reinterpretación de la marca que tan bien les ha salido.

Tras unos años en los que hemos visto diversos modelos como el MINI Cooper, Clubman, Coupé, Roadster o el Countryman, la evolución era lógica hacia la electrificación así que en año 2019, aparece el primer MINI eléctrico, en este caso el MINI Cooper SE, aunque sus primeras andaduras datan del año 2009 con el MINI E.

Esta primera versión disponía una autonomía de hasta 270 kms, con una potencia de 184CV. Ahora, en su inventario encontramos versiones eléctricas para los MINI Cooper de 3 y 5 puertas, así como para el Countryman y el recién llegado a la familia, el ACEMAN, modelo que no dispone de variantes, por el momento, con motores de combustión. Y claro está, como no podía ser de otra manera, llegan ahora las versiones John Cooper Works, para ambas tecnologías.

COMPARAMOS UN KART CON EL MINI COOPER JOHN COOPER WORKS

Quien me iba a decir que hoy, me pondría al volante de un kart. Pues sí, y al verdad es que disfruté muchísimo al volante de un pequeño bólido que desprendía ese olorcito a gasolina que todo buen kart derrocha. Un pequeño circuito de conos fue el escenario escogido para ver nuestra pericia al volante, pericia que después de tres vueltas cambiaria, pues en el mismo circuito nos metimos con un MINI Cooper John Cooper Works 100% eléctrico, para ver que este pequeño deportivo nada tiene que envidiar a un kart, y que, aunque el circuito que para el kart parecía grande y pequeño para el MINI, pudimos disfrutar por igual a la hora de pilotar por él.

PILOTANDO UN MINI DE LA COPA RACER

La siguiente de las pruebas fue la más aclamada y sobre todo disfrutada por todos aquellos que nos dimos cita, ya que se trataba de ponernos al volante en un pequeño circuito de un MINI Cooper de la copa Racer, si, si, un coche 100% de competición para comprobar sus prestaciones, paso por curva y dinámica de conducción. Para después compararlo con las mismas exigencias con el nuevo MINI Aceman, un deportivo 100% eléctrico que luce palmito con sus 252CV de potencia.

El Cooper de competición es un MINI de la anterior generación, es un coche “matriculado”, pero algo preparado, ya que tan solo dispone una reprogramación de la centralita para aumentar su potencia desde los 136CV hasta los 180CV, además de contar con unos amortiguadores específicos y una jaula antivuelco en el interior por lo demás es igual que el de calle. Con estas pequeñas modificaciones la Copa Racer lo que pretende es que todos los pilotos corran con el mismo coche, lo que enfatiza más si cabe las habilidades de los pilotos para ganar esos segundos que precisas para subir al cajón del podio en cada circuito.

Nos ponemos al volante de este MINI para abordar el circuito que nos habían preparado y lo primero que tengo que decir que disfruté mucho porque el coche lucía un cambio manual, algo que ya no encuentras y que echas mucho de menos. Tras abordar las dos primeras curvas aprecias enseguida que la suspensión está diseñada para ofrecer un paso por curva plano y redondo, que este MINI es juguetón, de hecho, el piloto que nos acompañaba y viendo que rodábamos a un ritmo alto, nos dijo en algún momento que este coche cuando “se va, se va”, pero no lo comprobamos, pues le hicimos caso en todo momento para disfrutar cada una de las vueltas que dimos. Cabe destacar que el coche es rápido, pero a la salida de las curvas el motor de combustión precisa de esas revoluciones para sacarte rápido.

Ahora cambiamos de coche y nos ponemos al volante del MINI Aceman, el mismo que hace unos meses probamos en carretera, pero ahora en la versión John Cooper Works, con 252CV bajo el acelerador. Salimos y encaramos la primera curva de derechas, la trazamos y tras hundir literalmente el pie en el acelerador, ya apreciamos que este MINI en este trazado, nada tiene que envidiar al de motor de combustión, pues la transición entre curvas se hace con una aceleración de vértigo, además de que el coche aun llevando todos los elementos de calle, se aguanta muy bien, gracias al efecto que produce la ubicación de la batería en el fondo plano del coche que no solo deja un centro de gravedad muy bajo sino que además el reparto de pesos está totalmente equilibrado.

RODANDO EN EL CIRCUITO OVAL DE HAKKA RING

Llegó la hora de poner al MINI John Cooper Works a su velocidad máxima y para ello nos llevan al anillo, al circuito oval que circunda todas las instalaciones de Hakka Ring, un óvalo con una longitud de 7,7 kilómetros en los que el MINI John Cooper Works alcanza su velocidad máxima de 250 km/h y que parece ir literalmente pegado al suelo como si de un coche de scalextric se tratara.

En estas vueltas y tras ver la pericia del piloto que nos acompañó en las vueltas al óvalo te das cuenta de como la gravedad hace su trabajo, literalmente, el coche en la recta va por el centro de la pista, pero al llegar a los peraltes que tienen una inclinación de hasta 45º el piloto sitúa al coche en la parte más alta del peralte y ves como poco a poco parece que la velocidad “te aplasta” contra el asiento, incluso grabar con el móvil es complicado. Una prueba que me recordó las veces que henos podido pilotar en el mítico Circuito de Terramar en Sitges, aunque claro está que no a estas velocidades, pero allí, la sensación era la misma, teniendo en cuenta además que sus peraltes toman hasta 60º de inclinación. Sin duda alguna y si te gusta la velocidad, hoy era el día para comprobarlo, pues ponerte a 250 km/h en un MINI, aunque sea de copiloto, es una experiencia única.

EN CARRETERA Y A CIELO ABIERTO

Bajo un sol abrasador, fuimos lo que se podría decir algo masoquistas y escogimos para la ruta preparada al Mini Cabrio John Cooper Works, un juguete del que disfrutar sin capota es algo que puedes hacer en cualquier escenario, aunque tengas al sol por montera. Desde el momento en el que pones su motor en marcha, sientes sus 231CV de potencia, la sensación de calor se apacigua versus al sonido que invade el habitáculo. Es un deportivo que tiene muchos argumentos para que si quisieras adquirir un John Cooper Works te hiciera dudar entre la versión coupé o esta convertible, pues tiene muchas ventajas, sobre todo la de disfrutar a cielo abierto allá por donde conduzcas y está claro que en nuestro país es algo que puedes hacer algo más de 300 días al año.

En resumen, podemos decir que la experiencia que MINI nos ha ofrecido hoy, ha sido única e irrepetible, pues ha conseguido algo que hacía tiempo que nadie conseguía, sacar al niño ese que todos llevamos dentro y que disfruta sorpresa tras sorpresa con una sonrisa que parecía la dibujada en la mismísima cara del Jóker. Gracias a MINI España por haber llevado a cabo esta experiencia tan singular y exclusiva a la vez.

Escrito por, Miguel Angel Solá

 

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