Hace muchos, muchos años que tengo el carné de moto, tantos como 33, y durante estos años he tenido la gran suerte de montar y probar muchas motos, que en mi han dejado huella, pero os aseguro que como la BMW M 1000 XR no ha habido ninguna.
Esta moto aúna todo lo que querrías en el mundo de las dos ruedas. Un diseño único, deportividad, polivalencia, potencia y prestaciones. ¿Me he dejado algo?
BMW quiso celebrar, o ha querido celebrar, el 50 aniversario de su división M a lo grande, y os aseguramos que lo ha conseguido. De hecho, debieron pensar, si vamos a lanzar coches como el BMW M3 o el M5, podríamos también darle el lugar que se merece a las motos.
Y así lo hicieron, con un triunvirato de órdago. En primer lugar se sacaron de la manga a la BMW M 1000 RR, una moto nacida en la competición y puesta en la calle. En segundo lugar, pero no menos importante, nos presentaron la BMW M 1000 R, y para no dejar de lado a un segmento como el de las Sport Touring, sacan de la chistera a la M 1000 XR. La pregunta es clara, ¿tendremos una M 1300 GS R?, personalmente creo que sería un acierto. Ahí dejo la idea, que estoy seguro a más de uno se le ha pasado por la cabeza.
A nivel de diseño que decir, es impresionante. Si la moto de la que procede ya lo es, aquí se ensalza todo más todavía con los elementos aerodinámicos específicos en forma de alerones que están integrados en las tapas laterales del radiador, que no están ahí únicamente por una cuestión estética, sino para generar un down force en el tren delantero de hasta 12 kg, lo que favorece que el tren delantero no se mueve a altas velocidades para el uso en circuito, incluso ofreciendo más aplomo en carretera mejorando así su estabilidad en la parte frontal en la que destaca la enorme entrada de aire central de la cúpula, en la que literalmente puedes meter la mano hasta el fondo, así como su firma lumínica encomendada a tecnología LED en un faro simétrico. La pantalla se puede regular en dos alturas de forma manual.
En la parte trasera vemos un colín más estilizado que en la XR, dejando una vista mucho más musculosa, ofreciendo además gracias a los diversos elementos aerodinámicos, más aplomo para evitar turbulencias en esta zona de la moto.
El precio de salida de la M 1000 XR es de 28.950€, a lo que le tenemos que sumar inevitablemente el paquete M Competition, lo que nos deja un precio total de 35.140€. Juzgar si esta moto es cara o no es complicado, porque deberías pensar que tienes una moto única, con un excelso equipamiento firmado por M que formará parte del legado de la historia de la marca. Y al final, todo lo bueno tiene un precio y la exclusividad lleva implícito esto. De hecho, su rival más directa, la Ducati Multistrada V4RS, parte su precio en unos muy generosos 41.000€.
ELECTRÓNICA A DOQUIER
El cuadro de mandos de esta moto es una pantalla digital de 6,5” TFT que BMW equipa en muchos de sus modelos, que ofrece mucha información a través de sus pantallas, y cuyo uso es más que intuitivo y fácil de controlar a través de la piña y botones ubicados en el lado izquierdo del manillas. Desde ahí se controlan también los parámetros de conducción de la moto, y se accede a los diferentes modos de conducción; Rain, Road, Dynamic, Race y Race Pro 1-3. Estos dos últimos permiten regular por separado el control de tracción, el ABS, la entrega de potencia y el freno motor, el launch control, el antiwheelie o un útil limitador de velocidad para el pit lane, por si se te ocurre llevarla a algún circuito.
En la pantalla más deportiva, encontramos un elemento que te hará que te piques tu solo, y es un inclinómetro, así puedes ver cuantos grados has inclinado en las curvas, dejándote siempre visible la cifra más alta. Tengo que reconocer que es algo adictivo.
Esta pantalla dispone de conectividad con los smartphone así como con los intercomunicadores de los cascos, para poder gestionar llamadas, hablar entre piloto y pasajero u otras motos, o bien para escuchar música, además de poder mediante la aplicación BMW Connected Ride, acceder al sistema de navegación, además de ofrecer información a través de un OBD y el M GPS Laptrtiger y M GPS Datalogger de las vueltas en circuito.
MOTOR COMPARTIDO PERO POTENCIADO
Su motor es el mismo que utilizan las M 1000 R y la M 1000 RR, un cuatro cilindros con distribución variable de 999cc que rinde una potencia de 201CV a 12.750 rpm y 113 Nm de par a 111.000 rpm. Gracias al sistema Shiftcam es un propulsor sumamente elástico en todo su régimen de giro. Con todo esto es capaz de lanzarse hasta los 275 km/h y de hacer un 0 a 100 en menos de 3 segundos.
A bajas vueltas se muestra progresivo, pero enseguida adviertes que tienes todo el potencial disponible, ahora bien, cuando llega a la zona de las 7.000 rpm ya puedes coger bien el manillar porque parece que ahí, entras de lleno en el hiperespacio hasta las 14.6000 rpm con un sonido que brama a través de la línea Akrapovic que asusta. Para mejorar la sensación de aceleración la relación de la transmisión secundaria se ha reducido utilizando un piñón de 47 dientes, frente a los 45 de la S 1000 XR, y se han modificado también las 3 últimas marchas, acortando la velocidad punta para ofrecer así mayor empuje.
Sin duda el cambio semiautomático de 6 velocidades es un elemento esencial en esta moto, pues es el complemento ideal para sacar a relucir todo su potencial, gracias a unas transiciones entre marchas precisas y muy rápidas, de la misma forma que hace unas reducciones increíbles.
El bastidor es el mismo que utiliza su hermana, con puente de aluminio y suspensiones controladas de forma electrónica, se añade aquí una horquilla invertida Marzocchi con botellas de 45 mm y que cuentan además con ajuste del muelle de compresión. A esto se le une también un amortiguador de dirección que permite su regulación en varias posiciones.
La posición de conducción de la M 1000 XR es idónea, porque es ideal para su conducción más relajada, así como para su conducción deportiva. Para nuestra prueba, David nuestro compañero, talla 1,90 y se sintió muy cómodo durante el shooting teniendo en cuenta su altura y que la moto venía con la configuración del sillín de 850 mm (se puede bajar a 820mm o subir a 870mm). Él tiene una BMW S 1000 R del 2016, por lo que ya está acostumbrado a una pose de conducción deportiva, y nos comentó que con la XR la posición de conducción era muy cómoda hasta para ir rápido lo que evidentemente se traduce en menos cansancio porque el cuerpo no va tan tensionado. Algo que no probamos, era llevar un pasajero, en esta moto teniendo en cuenta que este va casi al mismo nivel que tu, y que tu no vas tan inclinado, no soportas tanto su peso en las frenadas.
Como podéis ver en las fotos, nuestro compañero se sintió muy a gusto rodando con la M 1000 XR, tanto que después de esta prueba, está buscando una, y es que esta moto es adictiva. Si que nos hizo un comentario, durante la prueba; “lástima que no me he traído el mono”. Los dos tuvimos la misma sensación a los mandos de esta moto, y es que te lo pone todo muy fácil para pilotarla, tanto en la aproximación a las curvas, como a la hora de afrontarlas, al frenar y al acelerar, puntos clave para disfrutar de una moto de esta talla.
En carretera es una moto cómoda para llevar a cabo largos trayectos, como buena Sport Touring que es. La posición de conducción es cómoda y con respecto a una naked vas muy bien protegido para el viento no moleste. A velocidad de crucero es una moto aparentemente rutera, con un motor que te lo permite todo, y con unos consumos justos para poder disfrutar de ella durante muchos kilómetros.
La suspensión en el modo Road deja un tacto en conjunto suave, pero ya aprecias que aquí todo está pensado para que la moto y el piloto en cualquier moto se fusionen en un solo elemento para disfrutar de su esencia ///M. y en efecto, cuando activas el modo Race y como se uno de los M de BMW se tratara, todo el conjunto se vuelve más directo y reactivo, a la par que el sistema de suspensiones se vuelve más rígido, lo que asegura más si cabe el paso por curva. La transición entre estas es simplemente perfecta, siendo claro está, las curvas rápidas sus preferidas.
Para nuestra prueba escogimos dos escenarios totalmente diferentes, una carretera de curvas muy reviradas y continuas, en las que esta M se desenvuelve con soltura, pero notas en todo momento que te sobra muchísimo potencia, y por otra parte hicimos el famoso Coll de l’Illa, por lo que aquellos que lo conocéis, sabéis que esa carretera para esta moto, es como rodar con ella en circuito. Ahí fue, donde nuestro compañero David y yo, comprobamos como esta moto, es sencillamente “la moto”.
Las curvas rápidas las puedes sortear a velocidad, la moto no se mueve ni un ápice, todo el conjunto incluido el piloto va tan al unísono que parece vaya sola y por railes. La transición entre curvas te permite colocarla a la perfección para encarar otra más, mientras te vas dando cuenta de que cada vez tumbas más y vas más rápido, por lo que llegó la hora de soltar gas, dejar de escuchar el increíble sonido que brava por el escape Akrapovic y volver a la realidad.
Mención especial al equipo de frenos firmado por M, que nos solo detienen a la M 1000 XR con contundencia, sino que además son casi infatigables, con más de 250 kilómetros a cuestas, no mostraron fatiga en ningún momento. Encontramos unos discos en el eje delantero de 320 mm, con pinzas Nissin, y en el trasero un disco de 265mm con una pinza de doble pistón, que en conjunto detienen a la M 1000 XR con contundencia y de forma muy equilibrada cuando lo demandas.
Ahora bien, es una moto que invita a saborear todo su potencial en todo momento. Su sonido, su aceleración, son cosas que te hacen pensar siempre, que jugar con el puño del gas el una acción del todo adictiva, pues cada vez quieres más y más.
Uno de los elementos clave que permite una precisión en los giros con esta moto, son las llantas de fibra de carbono, lo que no solo ahorra peso suspendido, sino que a su vez reducen el efecto giroscópico mejorando más si cabe los cambios de dirección en la transición entre curvas. Eso unido a una dirección muy precisa y a una horquilla invertida que asienta el tren delantero con firmeza, hace que puedas ir muy rápido en todo tipo de curvas con una sensación de absoluto control .
Estas llantas forman parte del paquete M Competition Package y ahorran 4 kg de peso a la moto, dejándola en unos 220 kg. Dentro de este pack encontramos también diversas piezas fresadas, el exclusivo color Negro Tormenta Metalizado/M Motorsport, un útil contador de vueltas para su uso en circuito, el Carbon Pack que cuenta con el guardabarros delantero y trasero, así como el protector de la cadena, piezas laterales en el carenado o la tapa de la cerradura de contacto en carbono y las llantas.
Conclusión
La BMW M 1000 XR nos ha parecido sorprendente, y tengo que decir que si llegara a tener el dilema de tener que escoger entre una M 1000 RR o esta, me quedaría con la XR por su polivalencia, además de por su comodidad a la hora de conducirla. Creo que a esta moto en carretera, le sacarías mucho más partido a que a la M 1000 RR, ahora bien, si fuera para uso exclusivo en circuito no lo dudaría quedándome con esta última.
Es increíble el resultado de combinar una moto que de por si ya era una Touring deportiva, con el buen hacer del departamento M para lograr una moto como esta.
Escrito por, Miguel Angel Solá
Agradecimientos
- BMW España
- Fotografías: @dc.audiovisual
- Centre Axis