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Prueba BMW X6 M Competition

Hay coches que bien merecerían un capítulo aparte en la historia de la automoción y el BMW X6 M Competition es uno de ellos. Hace unos años era impensable que un todo caminos, lo que hoy se ha convertido en un SUV, fuera una bestia con motor V8 y 625CV. Pero hay una realidad, y que hay clientes fieles a las marcas que en aras de no ser egoístas con los deportivos de no uso diario, prefieren este tipo de coches, con los que además de poder disfrutarlos en familia, no pierden la pasión de tener a todo un deportivo en su garaje.

Podríamos catalogar al BMW X6M como un coche de aquellos que las marcas a veces hacen para quienes buscan un algo más en una determinada categoría de coches, y que mucha gente tildan de coches “sin sentido”, pero nada más lejos de la realidad, el X6M, tiene sentido y un propósito.

Tanto gustan estos SUV, que BMW va ya por la tercera generación de las versiones M de los X5 y los X6, lo que se tradujo en el año 2019 en que las ventas de las gamas M de BMW superara las 132.000 unidades en todo el mundo. Pero no solo eso, sino que BMW desde el pasado año ha introducido las versiones competition en los modelos M2, M8, X4, X5 y X6.

El diseño del BMW X6, es por muchos incomprendido, o mejor, dicho de otra manera. Es uno de aquellos coches, de los que te enamoras a primera vista, o le empiezas a sacar pegas para que no te acabe gustando. Pero ¿de verdad hay alguien a quien no pueda gustarle la estampa de este X6M?. Lo mires por dónde lo mires, to en él es desafiante, desde el frontal, dónde destacan los riñones enmarcados con adorno en color negro brillante que dejan entrever una barras cruzadas, así como el imponente radiador o el paragolpes que acoge dos entradas laterales de aire, así como una tercera situada en la parte más baja. Si a eso le unimos un diseño de los faros cuya mirada parece tener vida propia, es cuando el corazón empieza a palpitarte.

La vista lateral es simplemente preciosa. En primer lugar, destacan los pasos de rueda sobredimensionados, encargados de dar cabidas a las llantas de 21″ calzadas con unos neumáticos en medidas 335/30/21 para el eje trasero y de 295/35/21 para el delantero, que dejan entre ver el impresionante equipo de frenos firmado por M. La caída del techo tras el pilar B y las ventanas laterales sin marco, son el elemento clave del diseño de este SUV de estilo coupé.

En la zaga, encontramos un difusor trasero bastante ángulos que da cabida a las dobles salidas de los escapes por los que brama un sonido contundente. La firma lumínica que ofrecen los pilotos traseros es preciosa, y ensalzan más si cabe la anchura de esta parte del coche.

Interior premium pero deportivo

El habitáculo es un compendio entre la elegancia y la deportividad, donde destacan sin duda los asientos deportivos que son casi unos semi-backets, tapizados en piel y con un anagrama que nos recuerda ante que coche nos encontramos y que retroilumina. La posición de conducción es totalmente deportiva, ya que vas literalmente encastrado en el cockpit, lo que en un SUV es difícil de encontrar, pues normalmente vas con la mirada por encima del capó para ver que sucede delante, sobre todo si decides salirte del asfalto.

Piel y carbono, esto es lo que ofrece nuestra unidad de pruebas. El volante esta envuelto en piel, y como siempre diremos tiene un diámetro y grosor perfectos. En el encontramos sendos botones para de manera inmediata acceder a los modos de conducción M1 y M2, que son totalmente personalizables, pudiendo dejar por ejemplo uno de ellos destinados a la radicalidad, y otro que prime el confort. La consola central esta cubierta por carbono, material que encontramos también en parte del salpicadero y los laterales de las puertas. Junto al selector del cambio encontramos diversos botones que nos permiten configurar los modos de conducción de forma individual, así como el mando iDrive para controlar el sistema de infoentretenimiento.

El cuadro de mandos digitalizado es la última versión del BMW Live Cockpit Professional ajustado para este modelo de forma específica que junto al Head-Up Display ofrecen la información necesaria para controlar a “Hulk”.

La pantalla de 12,3” táctil situada en la parte de la consola central controla el infotaiment del X6M, siendo compatible con el sistema Apple Car Play, además de tener conectividad a internet y a los servicios Connected Drive de BMW. Desde aquí, también disponemos de unos gráficos que nos muestran en todo momento la potencia del coche, así como el par motor que estamos y utilizando y dispone de selector de modos de conducción, desde donde es posible personalizar los modos M1 y M2 de forma individual, además de escoger entre tres modos de conducción, Road, Sport o TRACK, siendo este último para utilizar básicamente en circuito porque deja al descubierto cualquier ayuda electrónica capaz de domar todo su potencial. De hecho, para activar este modo lo ideal es hacerlo con el coche parado, ya que debes de confirmarlo dos veces antes de activarlo, vamos, por aquello de no hacerlo por error.

La parte trasera del BMW X6M, está configurada para dar cabida a tres ocupantes, claro está, que el de la plaza central no irá sentado tan cómodo como el de los laterales. Personalmente creo que un SUV de estas características, debería dar la opción egoísta de que en la trasera fueran dos backet como en la parte delantera. El maletero por su parte dispone de 580 litros de capacidad que pueden ser ampliados hasta los 1.530 litros abatiendo los asientos traseros.

Mecánica prodigiosa

Bajo el abultado capó delantero encontramos un poderoso motor V8 twin-turbo de 4.4 litros que rinde una potencia de 625CV, cortesía de un aumento de la presión del turbo hasta los 2,8 bares. Su par motor de 750 Nm disponibles desde las 1.800 rpm, son los encargados de mover con muchísima soltura a esta bestia en cuanto pisas el acelerador.

Para transmitir semejante potencial a ambos ejes, encontramos, por un lado, una caja de cambios automática por convertidor de par de ocho velocidades M Steptronic con Drivelogic, que puede manejarse como no, de forma secuencial con las levas que encontramos tras el volante, cuyos cambios de forma automática además pueden ser más o menos rápidos pues se permite configurar la velocidad de estos. Por otra parte, encontramos un sistema de propulsión xDrive con un diferencial M en la parte trasera, encargado de gestionar el par entre ambas ruedas.

Sus cifras lo dicen todo, ya que es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en tan solo 3,8 segundos, 0,4 segundos menos que la generación anterior. Aquí hemos de tener, y para saber apreciar bien esta cifra, que lastramos 2,4 toneladas de peso, si, has leído bien. La velocidad máxima está limitada a 250 km/h, aunque adquiriendo el Drivers Package es posible elevarla hasta los 290 km/h.

Dinámica de conducción sublime

Muchos deportivos han pasado por nuestra redacción y os podemos asegurar que la sensación que el X6 M tiene cuando haces una salida con el launch control es indescriptible. El cuerpo se queda literalmente pegado al asiento, a la vez que vez como el tren delantero empieza a despegarse del asfalto, y sientes como el eje trasero empuja como si no hubiera un mañana.

Conducir en carretera abierta sin el arsenal electrónico activado es una proeza con este SUV, porque os aseguramos que la trasera está ansiosa en todo momento de demostrar que esto es un deportivo, es un M, nacido para correr y como no para darte lo mejor a la salida de las curvas, donde fácil es, ir dibujando un hilo negro en el asfalto. El control vectorial de par es sin duda uno de los elementos clave para poder disfrutar de todo el potencial. Algo que hemos echado en falta en esteX6 M es un eje trasero direccional, que, sin duda, sería uno de los elementos clave para que todo el conjunto siguiera siendo muy deportivo, pero no tan reactivo.

El paso por curva del X6 M es espeluznante, la verdad es que tienes que ir muy al loro en todo momento con el velocímetro porque la capacidad de aceleración es tan brutal, que es fácil ver como la aguja del cuenta kilómetros va a la par con la del cuenta revoluciones.

La suspensión es 10mm más baja y dispone de unos muelles más rígidos que en cualquier X6 convencional, además de incorporar una suspensión adaptativa M con unos amortiguadores controlados electrónicamente que cambian su tarado según el modo de conducción que selecciones (Comfort, Sport o Sport +) encargados además de controlar la estabilización de balaceo de la carrocería de forma activa, para evitar en toda medida los típicos balanceos de un SUV de este tamaño y peso. Otros dos elementos que son clave para este X6 M son la dirección M Servotronic que transmite a la perfección todo lo que pasa bajo los rodillos delanteros o el Control Dinámico de Estabilidad DSC que permite configurarlo de manera que pueda ser o no intrusivo. Esto último reservado para mayores con dotes de piloto.

Tanto corre tanto frena, y más a la hora de detener con contundencia a 2,4 toneladas, por ello BMW equipa a este SUV con un sistema de frenos deportivos ventilados M Compound con unas pinzas de seis pistones y unos discos en medidas de 395 mm para el eje delantero y de 380 mm para el trasero.

Conclusión

El BMW X6 M tiene un precio de salida desde los 151.000€, y de 168.000€ para la versión Competition que hoy ocupa nuestra prueba. Si a esto le sumamos el equipamiento opcional, que incluye elementos como el techo panorámico, carcasa de carbono para la cubierta del motor y retrovisores, cristales tintados, paquete ambient air, BMW Display Key, Driving Assistant Professional, Parking Assistant Plus, asientos delanteros calefactados y ventilados con función de masaje, sistema de sonido B&W Diamond, faros láser BMW, spoiler trasero de carbono o el paquete M Driver entre otros, engrosan la factura hasta unos generosos 196.000€.

La verdad es que es difícil valorar un coche así, sobre todo, es difícil ser objetivo cuando algo te gusta demasiado, porque todos pensamos, en determinados momentos que todo lo nuestro es lo mejor, claro está, que estas valoraciones las hacemos llevados por el cariño, por la pasión o en este caso por el hecho de no ser racionales, como no lo es el X6 M.

Por ello, queremos felicitar a los señores de BMW y a los señores de M GmbH por el simple hecho de habernos hecho sentir durante un tiempo, que el BMW X6M es un coche, del que te puedes enamorar, con el que te apasionarás al volante y del que siendo un irracional, como es mi caso ahora que suscribo esta prueba, que este M siempre ocupará un lugar muy especial en mi corazón.

Escrito por, Miguel Angel Solá

AGRADECIMIENTOS

  • BMW Group Prensa
  • Fotografías: Cristóbal Arjona

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