El Ford Explorer ha sido sin duda uno de los grandes hitos de la marca en 2024, ya que era un coche muy esperado para completar, tras el Mustang Mach-E el inventario de los modelos 100% eléctricos y para posicionarse dentro del competitivo segmento C SUV.
Ha llegado tarde, pero lo ha hecho de forma contundente con una apuesta enérgica, como cabía esperar gracias a su importante diseño que nos hace recordar en todo momento que Ford es una marca que viene de EEUU, donde el tamaño, importa. El mercado de los SUV es emergente, eso ya es de buen saber, pero el de los SUV con etiqueta 0 en Europa más todavía, dadas las restricciones que algunos países incluido el nuestro ha introducido en algunas ciudades para los vehículos de una edad determinada con motores de combustión.
Este modelo, que utiliza un nombre icónico en la marca, está llamado a ser el que de paso a una nueva de vehículos 100% eléctricos, como ha sido el caso de otro modelo que también recibe un apellido célebre y que fue presentado el pasado mes de enero, el Ford Capri, que completa así la gama con el también presentado en el Salón de Bruselas el Ford Puma Gen-E y la E-Transit.
El nuevo Ford Explorer nada o poco tiene que ver con el modelo del que deriva, que recibió nada más y nada menos que 6 generaciones desde que viera la luz por primera vez en EEUU en la década de los 90. Este Explorer de hoy, se fabrica en la fábrica que la marca tiene en Colonia, y es fruto de la colaboración con Volkswagen, ya que utiliza la plataforma del Grupo VAG (MEB), bajo la que se fabrican modelos como el Volkswagen ID.4, el Audi Q4 e-tron o el CUPRA Born además del Skoda Enyaq, modelos que también han pasado ya por nuestra redacción.
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El Ford Explorer está disponible el configurador de la marca desde los 39.916€ para la versión de acceso que se corresponde con la opción RWD de 170CV. Por encima, tenemos la versión Rango Extendido RWD de 286CV (44.015€) y la AWD de 340CV (49.455€). Las versiones con el acabado Premium tienen en cada una de ellas un sobre coste de 3.000€. Frente sus rivales más directos, entre los que se encuentran los del Grupo VAG antes mencionados, el BYD Atto 3 o el Tesla Model Y entre otros, el Explorer es a precio medio, más económico ofreciendo además más equipamiento y un comportamiento superior, lo que le convierte en una opción para tener en cuenta si estás en búsqueda de un SUV de estas características.
De serie encontramos más de 15 tecnologías de asistencia al conductor, volante y asientos delanteros calefactables, asiento del conductor con función masaje, carga inalámbrica para smartphone, climatizador bizona, acceso sin llave, sistema multimedia con navegación, pantalla de 14,6”, llantas de 19”. Las versiones con el acabado Premium como la nuestra incluyen además los faros LED, portón del maletero eléctrico, sistema de audio firmado por Bang & Olufsen o el sistema de iluminación ambiental entre otros elementos.
DISEÑO MUY AMERICANO, PERO CON TOQUES EUROPEOS
Está claro, que Ford ha hecho suyo el diseño del Explorer y lo ha dotado de un fuerte carácter como a la mayoría de sus modelos y sobre todo del que precede y que nosotros probamos en su versión PHEV de 7 plazas hace un par de años.
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En la parte frontal destaca prominente calandra carenada, que refleja el nuevo lenguaje de diseño de la marca para aquellos modelos electrificados, así como unos faros LED muy estilizados y que se encuentran conectados muy a la moda por una tira negra que enmarca el nombre del modelo. En la vista lateral, se presentan unas líneas fluidas que muestran el tamaño del SUV a la perfección, con una marcada línea de cintura y unas llantas que pueden ir desde las 19 hasta las 21”, mientras que en la zaga se replica la unión de los pilotos traseros con esa línea negra y el nombre del modelo, así como la forma cuadrada del portón de maletero que dispone de una buena boca de acceso al mismo.
INTERIOR PREMIUM, RESUELTO Y CON MUCHA TECNOLOGÍA
En el habitáculo reina la sobriedad a la par que un ambiente premium, y fruto de la colaboración con el grupo VAG, vemos elementos conocidos como el cuadro de mandos de 5,4” tras el volante o el selector del cambio situado en la parte derecha de este, que por cierto presenta un diseño todo y no siendo un coche de carácter deportivo, con la parte inferior y superior achatada, además de tener un grosor y tamaño idóneo para ese tipo de conducción.
Uno de los elementos más destacados del interior es la pantalla central de 14,6 pulgadas en formato vertical, que permite ajustar tanto su altura como inclinación. Con el sistema operativo más reciente de Ford, esta pantalla central es intuitiva y permite un fácil acceso a todos los menús, además de ser compatible con Apple CarPlay y Android Auto de forma inalámbrica. La pantalla también integra controles para las funciones principales del coche, como los sistemas de asistencia al conductor, la climatización y el sistema de sonido. Una curiosidad, es que tras esta pantalla encontramos el «My Private Locker», un espacio de almacenamiento discreto para objetos pequeños, como un móvil o una cartera, con puertos USB adicionales.
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El Explorer también dispone de carga inalámbrica para teléfonos y un amplio compartimento de almacenamiento en la consola central, ideal para objetos de mayor tamaño, como por ejemplo un ordenador portátil o una tablet gracias a sus 17 litros de capacidad.
La segunda fila de asientos está muy bien resulta, y deja un generoso espacio entre las rodillas y el respaldo de los asientos delanteros ,así como de la cabeza con respecto al techo. Los pasajeros disponen de dos salidas de aire orientables en la consola central y de dos puertos USB, además, así como de huecos en las puertas suficientes para albergar botellas de medio litro y la posibilidad de abatir el respaldo de la plaza central y usarlo como reposabrazos.
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Por su parte el maletero es generoso en capacidad, ya que dispone de 470 litros, dejando paso a poder tumbar los respaldos de los asientos traseros para poder ampliar esa capacidad o bien cargar objetos de gran volumen.
Nuestra unidad de pruebas se correspondía con la versión Premium Rango Extendido RWD 286CV, cuyo precio de salida en el configurador de la marca sin descuentos es de 47.035€ con un excelso equipamiento de serie, pero además de forma opcional incluía extras como el color exterior Azul My Mind, llantas de 21”, Paquete Driver o el Techo panorámico fijo que incrementan el precio hasta los 50.934€, siendo todavía una opción para tener en cuenta como os hemos comentado con respecto a su competencia.
SENSACIONES DE CONDUCCIÓN
Nuestra unidad de pruebas estaba dotada de un motor eléctrico situado en el eje trasero que rinde una potencia de 286CV, y estaba dotado de una batería de litio de CALT con tecnología NCM (Niquel, cobalto y manganeso) de 77 kWh útiles que homologa una autonomía de hasta 602 km en ciclo WLTP, pero a los que es difícil acercarse a no ser que esos kilómetros los hagas en su mayoría por ciudad, ya que en carretera o autopista es fácil ver en el ordenador de a bordo consumos de entre 22 y 24 kWh. Aquí su peso influye y mucho.
Para recargar la batería, la potencia de carga varía entre los 135 y los 185 kWh, lo que se traduce en que en tan solo 30 minutos podemos hacer una carga rápida del 10 al 80% de capacidad de esta en CC, mientras que la potencia máxima de recarga con corriente alterna es de 11 kW
El Ford Explorer es un SUV eléctrico muy equilibrado y noble, pero del que no puedes esperar porque tampoco ha sido concebido para ello un comportamiento deportivo. Aun así, ofrece un muy buen paso por curva, sin acusar mucho las 2,2 toneladas de lastre ni su volumen. Su comportamiento es correcto, y cuesta poco acostumbrar a las inercias propias de este tipo de vehículos, aunque la ubicación de las baterías en el fondo plano y entre los ejes, ayudan a compensar esto. Por otra parte, ofrece una dirección bastante comunicativa, dejando leer bastante bien lo que pasa en el tren delantero, ofreciendo además un radio de giro de tan solo 9,7 metros. La verdad es que gira y gira muchísimo.
Nosotros probamos la versión con un solo motor, está claro, que la versión AWD con dos motores que por ende ya ofrece tracción integral ofrecerá un mejor comportamiento dinámico gracias a este sistema. De la misma forma que los modelos de combustión de la marca, encontramos cuatro modos de conducción: Eco, Normal, Sport e Individual, en todas las versiones salvo en la de 340CV que dispone de uno adicional llamado Traction. Cada uno de ellos, aunque no dispone de regulación electrónica de la amortiguación como el modelo germano ID.4, modifican el tacto del acelerador y la dirección.
El tacto del freno quizás es el talón de Aquiles de muchos eléctricos, y en este coche no es una excepción. Cuesta acostumbrarse, pero una vez lo consigues es algo que no aprecias. Para garantizar una frenada regenerativa en el cambio encontramos el modo B que, aunque no te permite conducir como si de un “one pedal” se tratara retiene bastante cuando soltamos el pie del acelerador, algo útil a la hora de conducir por ciudad o carreteras reviradas.
VALORACIÓN
El For Explorer nos ha encantado, más todavía sabiendo de donde procede porque ofrece un mejor nivel de acabados y equipamiento frente a su primo germano, el ID.4 con el que comparte plataforma. Tiene un diseño robusto, algo que nos encanta, y la verdad es que para pesar lo que pesa se mueve con mucha soltura. Nos hubiera encantado poner a prueba la versión más potente y con tracción integral para ver las mejoras en el comportamiento dinámico.
A nivel de consumos, como ya hemos comentado aquí es donde encontramos el talón de Aquiles, pero hemos de ser sinceros y decir que no solo en este coche sino en la mayoría de eléctricos. Al no tocar escenarios en los que regenerar batería en autovías o autopistas el consumo se vuelve excesivo, haciendo que en todo momento tengas aquella sensación de ir mirando constantemente el novel de carga y pensando en dónde podré cargarla para proseguir mi viaje.
Escrito por, Miguel Angel Solá
Agradecimientos
- Ford España
- Fotografías: @cristobalarjonafoto
