El Ford Kuga ha sido uno de los modelos más relevantes en el segmento de los SUV desde su lanzamiento en 2007. En su tercera generación, el Kuga se presenta renovado no solo en términos estéticos, sino también mecánicos y tecnológicos, con la introducción de nuevos motores híbridos. El modelo que hoy ocupa nuestra prueba, es el Ford Kuga Active X 2.5 FHEV 183 CV AWD , una versión híbrida con tracción total, pensada para un público que valora tanto la eficiencia como la tecnología y que pretende darle un uso muy polivalente.
Diseño exterior: Un SUV moderno y dinámico
El nuevo Ford Kuga presenta un diseño más elegante y dinámico. La marca ha apostado por una evolución de su lenguaje de diseño, tomando como inspiración el del Ford Focus, fusionando líneas más suaves y una aerodinámica trabajada. La parrilla delantera ha sido renovada, con faros LED adaptativos que mejoran la visibilidad. La línea del capó también se ha esculpido para darle un toque deportivo.
Las dimensiones no han cambiado tras el restyling, así que sigue tallando 4,62 metros de largo, 1,88 metros de ancho y 1,67 metros de alto, con una batalla de 2.710 mm. La parte trasera también ha recibido atención, con nuevos faros LED y un portón trasero sin tirador visible, lo que contribuye a un diseño más limpio y moderno. El alerón en la parte superior y las dobles colas de escape completan el aspecto exterior.
Interior: Tecnología y confort al servicio del conductor
El interior del Ford Kuga ha sido rediseñado para ofrecer un ambiente más minimalista y tecnológico a la vez. Se mantiene el cuadro de instrumentos digital de 12,3 pulgadas, que ahora es estándar en toda la gama y que varía sus grafías en función del modo de conducción seleccionado. El sistema de infoentretenimiento SYNC 4, con pantalla táctil de 13,2 pulgadas, es una de las grandes mejoras, ofreciendo una interfaz más rápida y fluida, compatible con Apple CarPlay y Android Auto, además de permitir actualizaciones inalámbricas entre otras muchas funciones.
La consola central ha sido reorganizada, con menos botones físicos, lo que da una sensación de mayor limpieza y modernidad. Los asientos deportivos, tapizados en Sensico y Neosuede, garantizan comodidad y un buen agarre. Además, cuentan con ajustes eléctricos, memoria y calefacción, lo que contribuye a una experiencia de conducción más cómoda. La banqueta trasera, deslizante y con respaldo ajustable, aumenta la flexibilidad en el uso del espacio interior, lo que es una ventaja en términos de confort para los ocupantes.
El maletero de este modelo híbrido tiene una capacidad de 395 litros, que se puede expandir hasta 1.517 litros al abatir los asientos traseros. A pesar de la batería del sistema híbrido, las formas del maletero son regulares y fáciles de utilizar, con varios huecos y ganchos para organizar la carga. El borde de carga, a 690 mm del suelo, es cómodo para cargar y descargar objetos.
Motorización y eficiencia: El equilibrio entre potencia y ahorro
El Ford Kuga 2.5 FHEV 183 CV AWD monta un motor híbrido que combina un bloque de gasolina de 2.5 litros con un motor eléctrico. El motor de gasolina desarrolla 129 CV y 200 Nm de par, mientras que el motor eléctrico añade 125 CV y 230 Nm, lo que permite una potencia total combinada de 183 CV. La motorización híbrida permite un uso eficiente en entornos urbanos, con una autonomía eléctrica que, aunque no es extensa, alcanza hasta el 64% de los recorridos urbanos, según Ford.
La aceleración de 0 a 100 km/h se completa en 8,3 segundos, y la velocidad máxima es de 196 km/h. A pesar de no ser un coche deportivo, la combinación de ambos motores ofrece una respuesta adecuada para la conducción diaria, con buenas recuperaciones y un consumo moderado. En conducción urbana, se pueden conseguir consumos de alrededor de 4,7 l/100 km, mientras que en autopista el consumo se sitúa en torno a los 7,3 l/100 km. El cambio CVT, aunque no es el más entusiasta, permite un manejo suave y eficiente, ideal para viajes largos y recorridos urbanos, pero no para su uso en conducción un tanto deportiva, pues resulta algo perezoso.
Este modelo híbrido cuenta con cuatro modos de conducción: Eco, Normal, Sport y Resbaladizo. Estos modos ajustan las características del coche para adaptarse a diferentes condiciones de conducción, desde una conducción más eficiente en Eco hasta una mayor respuesta y agilidad en el modo Sport. Además, el Kuga incorpora frenada regenerativa, que ayuda a recargar la batería durante la desaceleración.
Comportamiento en carretera: Estabilidad y confort
El Ford Kuga se comporta bien en la carretera, ofreciendo un equilibrio entre confort y agilidad. La suspensión trasera de paralelogramo deformable y el esquema McPherson en el eje delantero proporcionan una conducción estable, aunque la dirección asistida podría transmitir más información y ser un poco más precisa. Si bien el Kuga no es el SUV más ágil de su clase, ofrece una conducción cómoda y segura, con una buena insonorización y estabilidad en carretera.
El comportamiento en curvas es correcto, sin movimientos bruscos ni sorpresas que destacar. Los frenos, aunque requieren un período de adaptación debido a la regeneración, ofrecen una respuesta adecuada una vez que se familiariza con el sistema. El diámetro de giro de 11,4 metros es algo elevado, pero no impide una buena maniobrabilidad en entornos urbanos o en terrenos fuera del asfalto, donde su comportamiento es excelente.
Para nuestra prueba escogimos la exigente carretera al pie de las Montañas de Montserrat, siendo un trazado exigente en el que sacar los colores a cualquier tipo de vehículo. Allí, el Kuga no defraudó, demostrando eso sí tener un carácter noble y conservador, no quizás tan deportivo como bien pudiera haberlo sido con el acabado ST-Line X y su otro esquema de suspensiones. Ahora bien, al sacarlo del asfalto, y llevarlo por una pista forestal que para nuestra suerte estaba inundada de agua y barro, pudimos comprobar sus dotes camperas a la par que su capacidad de tracción 4AWD.
Seguridad y asistencias a la conducción
Ford ha incluido una amplia gama de asistencias a la conducción en el Kuga ST-Line X, como el control de crucero adaptativo, el asistente de mantenimiento de carril, la alerta de ángulo muerto, la frenada de emergencia con detección de peatones y el sensor de tráfico cruzado trasero. Además, el sistema de aparcamiento asistido y las cámaras 360º mejoran la facilidad de maniobra en espacios reducidos, lo que es especialmente útil en entornos urbanos.
Equipamiento y precios: Una opción competitiva
El Ford Kuga, en la versión de acceso tiene un precio de 36.871€ con la motorización 1.5 EcoBoost de 150CV y cambio manual de 6 velocidades. Nuestra unidad de pruebas que se corresponde con el acabado Active X y la versión 2.5l Duratec 183 CV FHEV 4WD tiene un precio de salida de 47.683€ a lo que si le sumamos los opcionales que equipaba como el Paquete de seguridad (1.409€), llantas de 20″ Premium (1.075€) o el Techo Panorámico con apertura eléctrica (1.290€) incrementamos la factura hasta los 51.450€, precio sin duda a tener en cuenta relación calidad/precio/equipamiento ya que de serie además encontramos faros LED, sensores de aparcamiento, climatizador bizona, acceso sin llave, sistema de infoentretenimiento de 13,2 pulgadas, sistema de sonido B&O, portón trasero manos libres y el control de crucero adaptativo entre otros muchos elementos.
Conclusión: Un SUV equilibrado y eficiente
El Ford Kuga Active X 2.5l Duratec 183 CV FHEV 4WD es una opción sólida en el competitivo mercado de los SUV. Con un diseño moderno, una motorización eficiente y una excelente dotación tecnológica, ofrece un buen equilibrio entre confort, eficiencia y dinamismo. Aunque no es el SUV más ágil ni el más cómodo en su categoría, su rendimiento general, su comportamiento en carretera y sus tecnologías lo convierten en una alternativa muy atractiva para quienes buscan un vehículo familiar, ecológico, bien equipado y sobre todo espacioso y muy polivalente pasa su uso a diario.
Escrito por, Miguel Angel Solá
AGRADECIMIENTOS
- FORD ESPAÑA
- Fotografías: @cristobalarjonafoto