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El Volkswagen T-Cross ha sido el último SUV de la marca en llegar al mercado, pero no por ello es el menos importante, pues con este coche, ganarán a un público más joven que quiera adentrarse en el segmento B el de los crossovers urbanos, que tan de moda está ahora y en el que su hermano el T-Roc ha conseguido ya una buena cuota de mercado. Se presenta como el SUV de acceso a la gama de todo caminos de Volkswagen, comprendida ahora por 4 modelos que representan muy bien cada a cada uno de los segmentos en los que se han posicionado.  

El T-Cross comparte plataforma con el Polo la denominada MQB A0, utilizada también en sus primos SEAT Ibiza, Arona, Škoda Scala y Kamiq, por esa razón se fabrica en la factoría que la marca tiene en Navarra, concretamente en Landaben para su producción europea, compartiendo la línea con el Polo.

Sus medidas son idóneas como vehículo urbano, así que con una talla de 4,11 metros (5,4 cm más largo que un polo), una anchura de 1,76 m y una altura 1,58 m se postula como una de las mejores alternativas dentro del grupo Volkswagen, siendo además el que mayor espacio interior oferta, algo que se aprecia con creces sobre todo en las plazas traseras, donde dos adultos de 1,80 metros pueden ir sentados cómodamente sin tocar con las rodillas en los respaldos de los asientos delanteros.

Su diseño es rompedor, algo a lo que la marca no nos tenía acostumbrados, pero que con el T-Roc consiguió sorprender por un conjunto innovador y sobre todo con un aire juvenil. El frontal está representado por la parrilla de lamas horizontales que unen a los grupos ópticos que pueden ser LED, mientras que, en la vista, vemos como el T-Cross parece una miniatura del Tiguan, en la que destaca la línea del techo plana, así como los pasos de rueda reforzados con plástico. La zaga, es sin duda la parte más original del coche, que muy a la moda, une los pilotos por una línea roja que recorre todo el portón.

La oferta mecánica por el momento ofrece dos versiones de gasolina y una diésel. En el caso de la primera hablamos de un bloque tricilíndrico para la versión 1.0 TSI de 95 CV y otro, el de nuestra unidad de pruebas 1.0 TSI de 115 CV, que puede estar asociado a una caja de cambios manual o un cambio DSG de siete relaciones, mientras que la versión diésel se limita a un 1.6 TDI de 95 CV con la posibilidad solo de cambio manual. Quizás en un futuro veamos una versión GTI o R, aunque lo que sí está claro es las versiones híbridas o 100% eléctricas en este modelo están por el momento totalmente descartadas de la misma forma que no se prevé hacer versiones con tracción total, dado el carácter urbano al que está enfocado el T-Cross.

El Volkswagen T-Cross se ofrece con tres niveles de equipamiento (Edition, Advance y Sport) además de una serie limitada T-Cross First Edition que celebra su lanzamiento con sólo 300 unidades disponibles. Dentro de la línea de equipamiento Sport, podemos además equipar como es el caso de nuestra unidad de pruebas el paquete R-Line, que cuenta con detalles que enfatizan un poco su aspecto más deportivos, como un faldón delantero que se prolonga hasta la parte inferior con algo más de labio, el logo R-Line en la parrilla y aletas delanteras, así como por las llantas de 18” calzadas con unos neumáticos en medida 215/45/18.  

A nivel de personalización, se ofrecen 12 colores exteriores, entre ellos el llamativo Turquesa Makena Metalizado, que no pueden ser combinados ofreciendo un contraste bitono como es el caso del T-Roc. En lo que a las llantas se refiere, podemos escoger entre 10 tipos diferentes, en medidas que parten en las 16” y hasta las 18”, así como entre 6 tapicerías o molduras decorativas para el interior.

El habitáculo del T-Cross resulta muy acogedor, donde el salpicadero nos recuerda bastante al Polo con el que comparte un diseño agradable, así como la posibilidad de escoger diferentes molduras decorativas que enfaticen más si cabe el aire juvenil que la marca ha querido dar a todo el conjunto. El diseño y la ergonomía están presentes, aunque también la calidad de materiales escogidos, a excepción de la parte baja del salpicadero y las puertas, cuyos plásticos desmerecen un poco.

Destaca como no el Volkswagen Virtual Cockpit, representado por una pantalla digital de 12,3” totalmente personalizable ofreciendo la posibilidad de seleccionar diferentes vistas como visualizar el ordenador de a bordo, el mapa de navegación, los sistemas de asistencia o dos esferas para aquellos más nostálgicos como nosotros. La pantalla táctil de 8” que encontramos en la consola central, ofrece todo el acceso al sistema de infoentretenimiento, el audio y la navegación a la vez que ofrece conectividad total con nuestro smartphone gracias al Apple CarPlay y Android Auto.

La postura de conducción es muy acertada, ya que es muy similar a la de un compacto, y sus 2,6 metros de batalla, ofrecen una buena habitabilidad para la parte delantera del coche, en la que gracias a unos asientos que recogen el cuerpo muy bien y a sus reglajes, es fácil acomodarse. En la parte trasera, encontramos dos plazas muy marcadas, en la que pueden acomodarse dos adultos de hasta 1,90 metros de altura, siendo estas de las mejores del segmento.

El maletero tiene una capacidad de carga variable dependiendo de la posición del asiento trasero que permite desplazarse de forma longitudinal, lo que supone que con el asiento en la parte más retrasada disfrutemos de 385 litros, mientras que lo adelantemos podamos contar con hasta 455 litros, volumen muy interesante para un segmento en que los maleteros en muchas ocasiones son el talón de Aquiles. Si abatimos los respaldos traseros en proporción 60:40 aumentamos el espacio de carga hasta unos muy generosos 1.281 litros, lo que permite cargar bultos considerables. Hay que destacar que, según el acabado, además, el asiento del copiloto también es abatible, lo que permite transportar elementos largos.

En cuanto al equipamiento, el T-Cross en cualquiera de sus líneas de acabado ofrece una larga lista de elementos que puede ser cumplimentada claro está con los opcionales. La Línea EDITION, equipa de serie Radio “Composition Media, App Connect, Faros antiniebla, sistema Front Assist, Emergency Call. En la línea advanced, a parte de este equipamiento encontramos él sistema de protección de ocupantes con Front Assist, Climatronic, así como control de crucero adaptativo. La configuración Sport, además añade el paquete luz y visibilidad, selección del perfil de conducción, Volkswagen Digital Cockpit, Asistente marcha atrás “Rear View” y retrovisores ajustables y abatibles eléctricamente.

Nuestra unidad de pruebas además equipaba el paquete R-Line exterior que incluye control de distancia de aparcamiento delantero y trasero y el parachoques en diseño R, mientras que el R-Line interior incluyes alfombrillas de tela, inserciones, molduras estriberas delante con inscripción R-Line, tapizado de asientos en tela y el volante multifunción de cuero.

El precio de salida del T-Cross es de 19.495€, precio al que debemos añadir los impuestos y el equipamiento opcional de nuestra unidad para dejar una factura total de 27.835€.

Bajo el capó encontramos el motor de 3 cilindros gasolina 1.0 TSI de 115 CV, con cambio DSG de 7 velocidades, tracción delantera y que ofrece 200 Nm de par, con los que el T-Cross, la verdad se mueve con bastante soltura, a la vez que hace gala de ofrecer unos consumos muy ajustados, dónde la marca ha homologado uno mixto de 5,1 litros a los 100, nosotros conseguimos durante nuestro prueba una media total de 6,2 litros en los más de 590 kilómetros que hicimos. Las prestaciones con este propulsor son acordes a su eficiencia, por tanto, es capaz de lanzarse hasta los 193 km/h y de acelerar de 0 a 100 km en 10,1 segundos.

Aunque en general los motores de tres cilindros no se distinguen por su refinamiento, Volkswagen ha conseguido que este TSI tenga un funcionamiento muy suave y una sonoridad contenida, algo que se aprecia sobre todo dentro del habitáculo, donde se ha trabajado mucho en la insonorización de este.

La dinámica de conducción es muy agradable, ya que, gracias a sus medidas, en carretera se mueve como si de un compacto se tratara. La suspensión aun no teniendo un tarado deportivo permite que hagas alguna que otra travesura en carreteras de montaña, donde ofrece un muy buen paso por curva sin apenas acusar inercias, donde sus 1.270 kilos de peso no parecen impedimento, aunque si es cierto que el propulsor de 3 cilindros es muy lineal, no es verdaderamente explosivo, lo que te lleva a jugar con el cambio DSG de forma secuencial si quieres sacar a relucir lo que sus 200 Nm de par pueden llegar a hacer.

En resumidas cuentas, os podemos decir que el T-Cross es un producto muy acertado para un segmento en el que hoy en día, hay mucha competencia, y en el caso de este pequeño SUV la competencia la tiene en casa con los SEAT y los Škoda. En cuanto a diseño nos parece muy acertado la propuesta de Volkswagen, arriesgada para ellos, pero resultona, y en lo que a dinámica se refiere la verdad es que es un coche compacto para la urbe y dinámico para carretera.

Agradecimientos

  • Volkswagen España
  • Fotografías: Miguel Angel Solá