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Mercedes es una marca que brilla por hacer coches que perduran en los años, y prueba de ello es el Mercedes Clase C que hoy probamos, ya que, tras más de 6 generaciones a sus espaldas, de este modelo desde que apareciera en el año 82, se han vendido más de 10,5 millones de unidades, lo que es un éxito rotundo de un modelo que ha sabido mejorar en cada una de sus generaciones para llegar postular como la mejor berlina de su segmento.

El nuevo Clase C ha crecido un poco con respecto a su predecesor, ahora, talla una longitud de 4,75 metros tiene una anchura de 1,82 metros y es más bajo 1,44 metros. Estas nuevas medidas se traducen en su distancia entre ejes también ha crecido (casi 5cms), lo que ofrece mayor habitabilidad en el habitáculo. El puesto de conducción es amplio, y generoso en cuanto espacio se refiere, al igual que las plazas traseras, capaces de albergar a personas de 1,80 metros de estatura sin que sus rodillas toquen en los respaldos de los asientos delanteros.

El maletero por su parte tiene una cabida de 455 litros ya que no ha crecido en tamaño. Abatiendo los respaldos de los asientos traseros podemos llegar a obtener una capacidad total de hasta 1.480 litros.

Diseño heredado

En lo que a diseño se refiere, hay quien dice que el Clase C es ahora como un Clase S, pero en pequeño, no solo por el aspecto interior, sino también por el habitáculo. Hay dos líneas para configurar al Clase C, la Avantgarde y la AMG Line. Esta última enfatiza más si cabe el talante deportivo de esta berlina, dónde destaca un frontal con carácter, gracias al uso de una parrilla de nuevo diseño que tiene forma de V invertida y que cuentas con estrellas incrustadas, a lo que se suma un faldón ensanchado para dar cabida a dos poderosas entradas de aire en los laterales, mientras que en la zaga destaca un nuevo difusor que acoge las dos salidas de escape de forma trapezoidal.

El precio de salida del Clase C es de 47.000€ para la versión C 200 d Berlina, y de 49.760€ para nuestra unidad de pruebas. Existen dos líneas de equipamiento, la Avantgarde y la AMG Line, siendo esta última la que se corresponde con nuestro coche, a lo que tenemos que incrementar 3.269€ el precio, más algunos opcionales como , a la que si le sumamos equipamiento opcional como el Paquete Night, color exterior Blanco Polar, llantas AMG de 19”, techo corredizo panorámico, paquete confort para los asientos, tapizado en cuero rojo intenso, moldura de madera negra de poros abiertos aluminium lines, climatización automática THERMOTRONIC con 4 zonas climáticas la apertura y arranque sin llave o los faros Digital Light entre otros, incrementamos la factura hasta los 62.400€.

Un interior premium y tecnológico

El habitáculo del nuevo Clase C de Mercedes es una verdadera oda a la tecnología, algo que ha heredado de su hermano mayor el Clase S, presentado también recientemente. Destacan sus dos pantallas, la del salpicadero de 12,3” que es totalmente personalizable por el conductor ofreciendo diferentes vistas o información, y la pantalla de la consola central de nueva concepción de 11,9 pulgadas desde la que se controla todo el sistema de infotaiment y que está gobernada por la última y más reciente versión del MBUX 7.0 que utiliza el Clase S y que incluye navegación 3D, asistente personal, servicios bajo demanda, conexión con Android Auto y Apple CarPlay, escaneo de huella así como otras muchas funciones.

El uso de ambas pantallas ha permitido eliminar básicamente todos los botones del salpicadero, dejando así que todo pase por ser manejado a través del control de voz o a través de los mandos que encontramos en el volante multifunción.

Los asientos de esta unidad son de corte deportivo y sujetan el cuerpo a la perfección sobre todo en los apoyos laterales. Es fácil gracias a sus numerosos reglajes encontrar una buena postura de conducción, y disponen como no, de calefacción.

El empaque que ofrece todo el habitáculo es de ambiente premium, y podríamos decir que con respecto a sus más directos rivales como bien podrían ser el BMW Serie 3 o el Audi A4, este Mercedes destaca por el uso de materiales nobles para confeccionar un interior que rezuma calidad por los cuatro costados.

A nivel de seguridad encontramos muchos gadgets que harán de su conducción más segura, y cabe destacar entre ellos la frenada de emergencia automática, el sistema de conducción semiautónoma, avisadores de ángulo muerto, los airbags entre las plazas delanteras, o el sistema Pre-Safe Impulse Side que aleja el asiento de la puerta con un airbag si tenemos un alcance lateral entre otros sistemas.

Mecánicas de 4 cilindros y dinámica de conducción

Las mecánicas que utilizará este nuevo Clase C serán todas ellas de 4 cilindros y estarán electrificadas tanto en las versiones gasolina y diésel que estarán asociadas a un cambio automático de 9 relaciones.

Esta versión de acceso tiene un motor de gasolina de 4 cilindros turbo de 1,5 litros que rinde 204 CV de potencia y cuenta con un sistema de microhibridación con un sistema de 48V que aporta 20CV extras en algunas situaciones de la conducción como si de una función Overboost se tratara. Esta simbiosis le otorga la Etiqueta ECO de la DGT, así como todas sus ventajas, a la vez que mejora sustancialmente el consumo de combustible, dónde la marca ha conseguido homologar unos discretos 6,4 litros a los 100 kms, con unas prestaciones que consiguen lanzarlo hasta los 246 km/h y de 0 a 100 km/h en tan solo 7,3 segundos.

Este motor está ensamblado a una caja de cambios 9G-Tronic, ya no hay posibilidad de solicitar cambio manual. Este cambio de convertidor de par es rápido y ofrece unas transiciones perfectas tanto al subir de marchas como al reducir.

El Mercedes Clase C hace gala de ser una berlina cómoda, y realmente lo es. En Autopista es un gran viajero, ofreciendo un alto grado de confort a todos los ocupantes y ofreciendo además unos consumos razonables entorno a los 6,5 litros si conducimos a velocidades de crucero de 120 km/h.

En carreteras y sobre todo en adelantamientos hemos encontrado a falta empuje por parte del grupo propulsor, que si bien es muy eficiente muestra carencias para dar brío a todo el conjunto. Las carreteras reviradas son un escenario en el que brilla por su talante deportivo a la vez que por su dinámica de conducción y por un conjunto que ofrece lo mejor para poder disfrutar de la esencia AMG de esta berlina. Gira plano, la dirección es suave y se muestra muy noble a la hora de trazar curvas. Uno de los elementos opcionales que garantizar una mejora dinámica es el eje trasero direccional.

Conclusión

El nuevo Mercedes Clase C ha cumplido en nuestra prueba con las expectativas que teníamos sobre él. A nivel de diseño nos parece precioso, el empaque deportivo que le da el pack AMG es fundamental para que no parezca una berlina más. El interior es sublime, y derrocha tecnología. Aun no siendo muy amantes de las grandes pantallas, el uso de las dos que encontramos en este modelo nos ha parecido acertado, sobre todo la pantalla central por la ubicación que le han dado en la marca.

En cuanto a su comportamiento, es noble de reacciones, cómodo para viajar y divertido para correr, pero el motor de esta versión de acceso no acompaña, le falta algo del empuje. Al final la eficiencia que tanto se busca penaliza a los motores pequeños.

Escrito por, Miguel Angel Solá

Agradecimientos

  • Mercedes Benz España
  • Juve y Camps
  • Fotografías: Cristóbal Arjona

 

 

 

 

 

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