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BMW ha presentado recientemente a la tercera generación del SUV que ha supuesto para la marca desde que fuera presentado en 2009, un éxito en lo que a ventas se refiere. Prueba de ello son las más 2,7 millones de unidades que se han vendido del X1 en todo el mundo desde que apareciera la primera generación.

Seis años más tarde, en 2015 la marca presentaba la evolución del X1, con una carrocería un tanto más grande que la versión anterior y con versiones híbridas enchufables en su inventario. Ahora, una tercera generación ve la luz, y lo hace con el actual lenguaje de la marca que sin duda viste al X1 como si de gentleman se tratara, pues lo hace con elegancia, pero también con connotaciones deportivas, sobre todo para aquellas unidades que equipan el pack M Sport.

Por ahora encontramos dos versiones de gasolina, dos diésel y dos híbridas enchufables, a las que en breve se añadirán versiones microhíbridas y una versión 100% eléctrica.

Este nuevo modelo que utiliza la plataforma UKL2 desarrollada por la maca para aquellos modelos con tracción delantera como el Serie 2 Active Tourer o el MINI Clubman, ha crecido en tamaño, ahora mide 5,3cm más que su predecesor, ofreciendo una talla de 4,5 metros de largo, con 1,84 metros de anchura y 1,6 metros de altura. Visto desde el exterior parece casi tan grande como su hermano mayor el X3, pero mide 21 cm menos.

El maletero es otra de sus bazas, pues también ha crecido, para dejar ahora una capacidad de 540 litros y hasta 1.600 si abatimos los asientos traseros. Los 50 litros de más que la generación anterior ofrecía son sin duda bienvenidos.

Los precios de salida del nuevo X1 son de 40.900€ para la versión de acceso (X1 sDrive 18d), 41.700€ para el X1 sDrive 18i, 51.900€ para la versión X1 xDrive 25e y de 54.900€ para la versión X1 xDrive 30e, siendo estas dos últimas los híbridos enchufables. La versión 100% eléctrica denominada iX1 tiene un precio de salida de 54.900€.

Nuestra versión, X1 sDrive 18d, además del equipamiento opcional, incluía elementos como el Paquete X line, llantas de 20”, color exterior Utah Naranja Metalizado, tapizado de Cuero Vernasca, Premium Package, sistema de sonido Hi-Fi Harman Kardon, techo cristal panorámico o el paquete Driving Assistant Professional que incrementan la factura hasta los 57.200€.

Su diseño exterior no pasa desapercibido, en el que vemos el actual lenguaje de la marca, representado claro está por las dos enormes riñoneras activas, que disponen de unas láminas que se abren y se cierran para dejar entrar aire fresco hacia el motor, o para reducir la resistencia al avance. Los faros LED le dan una mirada de chico malo a la parte delantera, lo que enfatiza más si cabe ese lado deportivo que todos los BMW tienen. En la parte mas baja e integrados en el paragolpes también de nuevo diseño encontramos dos entradas de aire encargadas de enviar aire al sistema de frenado.

En la vista lateral es donde se parecía más la talla del X1, a la vez que unas secciones limpias ya que los tiradores de las puertas ahora están encastrados en estas. Destacan también las llantas de 20” individual, calzadas con unos neumáticos en medidas 245/40/20.

En la zaga quizás los elementos que más destacan son los pilotos, fruto de la nueva firma lumínica tridimensional que están colocados en dos secciones. En esta generación del X1 las salidas de los escapes han pasado a un segundo plano, dejando ahora un difusor con un diseño limpio y muy integrado con el paragolpes trasero.

HABITÁCULO RENOVADO, MINIMALISTA Y MUY TECNOLÓGICO

El habitáculo luce ahora un diseño más minimalista, con la misma sensación premium de siempre y con un salto en lo que a tecnología se refiere. Este, presenta dos pantallas curvas de generoso tamaño en el salpicadero. Por un lado la de 10,25” que se corresponde con la del cuadro de mandos o virtual cockpit, y por otra parte la de 10,7” que encontramos en la consola central, que por primera vez carece del mando iDrive para su manejo, que para la mayoría de funciones, podemos llevarlas a cabo desde el volante multifunción. Ambas funcionan con el sistema operativo BMW ID8, siendo el más avanzado en la marca y que podemos encontrar en otros modelos como el también recién llegado BMW i4 que hace unas semanas pasó también por nuestra redacción.

El sistema de reconocimiento por voz en un sistema tan complejo como lo es el ID8 es vital, ya que reduces mucho la opción de tener que buscar opciones en la pantalla navegando por los menús, a lo que tenemos que alegar que son bastante intuitivos.

Uno de los gadgets que nos ha encantado y por ser tremendamente útil es el sistema de realidad aumentada que ofrece el sistema de navegación, que se activa cuando en el navegador llevamos una ruta programada y nos acercamos por ejemplo a una intersección o rotonda, activando una cámara que está en la parte delantera y que proyecta una imagen real de lo que tienes delante con unas flechas superpuestas y que te indican la dirección que debes tomar.

Las plazas delanteras son first class, ya que ofrecen mucho espacio a conductor y copiloto y este viene dado en parte a la nueva consola flotante que las separa, en la que encontramos una zona donde se integra el selector del cambio, el Selector de modos de conducción o los mandos del sistema de audio.

En las plazas traseras encontramos espacio para tres ocupantes, así como una banqueta deslizante. El techo panorámico opcional ofrece gran luminosidad así como sensación más espacial al habitáculo siendo uno de los elementos que encontramos imprescindibles a la hora de configurar el coche.

DINÁMICA Y MECÁNICA

El X1 es un SUV, sí, pero no por ello deja de ser un coche para su uso urbano Sus medidas con contenidas para poder circular bien entre el tráfico y su posición de conducción elevada te permite ver muy bien todo lo que te rodea.  El aumento de tamaño del nuevo X1 se traduce en un mayor aplomo, lo que a su vez mejora el paso por curva, sin apreciar apenas balanceos de la carrocería. No es un deportivo al uso, pero puedes disfrutar mucho de su conducción en una buena carretera de montaña, donde el conjunto ofrece unas transiciones entre curvas muy firmes, a la vez que la mecánica acompaña.

En carretera, es un SUV cómodo para llevar grandes viajes a cabo, más todavía con una motorización que te permite hacer casi 1.000 kilómetros con un solo depósito de combustible como era el caso de nuestra unidad de pruebas.

El propulsor de 4 cilindros diésel de 2.0 litros ofrece una potencia de 150CV y está encomendado únicamente a la tracción delantera, por el momento si opción xDrive y a un cambio automático o bien al cambio automático de doble embrague y siete marchas que es opcional.

Una de las cosas que no nos ha convencido es que el cambio automático no de pueda manejar de forma secuencial ya que no existen levas en el volante para ello y el nuevo selector del cambio que encontramos en la consola central también carece de esta función, por lo que siempre estás condicionado a sus necesidades no a las tuyas, aunque hemos de decir que nos sorprendió gratamente su escalonado y rapidez de los cambios.

La respuesta del motor diésel, gracias al par motor de 360 Nm, es firme y contundente, lo que se traduce en que tiene un gran reprís para aquellos momentos en los que puedes necesitar todo el potencial como bien podría ser un adelantamiento.  A esto también contribuye el selector de modos de conducción, que ofrece tres modos denominados ahora Personal, Sport y Effycient, siendo muy notable y diferente el mapa de configuración que ofrece cada uno de ellos.Quizás un modo Adaptive, como disponemos en otros modelos de la marca sería el summum.

En lo que a consumos se refiere, aquí está el unicornio. La marca homologa 4,9 litros a los 100 kms, cifra a la que en autopista circulando entre 110 y 120 km/h bien puedes acercarte. De hecho, nosotros tuvimos el coche 7 días, en los que hicimos un total de 893 kilómetros y no nos fue preciso repostar, todo esto teniendo en cuenta que hablamos de un SUV que talla 4,5 metros de largo y tara 1.650 kilos, no está nada mal.

EN RESUMEN

¿Qué nos ha parecido el nuevo BMW X1? Sencillamente era un coche que ya precisaba de una renovación, por un lado, por el diseño exterior y por otro, evidentemente, por el interior, dotándolo claro está de más tecnología que a su predecesor, y para poder competir de llenos con sus más directos rivales, que bien podrían ser el Audi Q3, Mercedes GLA y GLB o el Volkswagen Tiguan entre otros.

Nos parece un coche precioso, elegante y deportivo, a lo que contribuye una mecánica, brillante, que no deja nada en el tintero y que mueve con soltura a este SUV. Por otro lado, decir que los motores diésel de BMW son de los más eficientes del mundo, ofreciendo unos consumos como os hemos explicado de entre 5 y 5,5 litros a los 100 kms, lo que te permite en muchos casos estirar el depósito de combustible hasta los 1.000 kilómetros, con el consiguiente ahorro claro está.

Sería uno de los 10 coches que estarían en nuestro garaje, sin duda alguna, por todas las razones que a lo largo de la prueba os hemos explicado, y lo postulamos como una muy buena opción para aquellas personas que busquen un SUV con espacio, sensacional a la hora de conducirlo, y porque no, chulo como el solo.

Escrito por, Miguel Angel Solá

AGRADECIMIENTOS

  • BMW España
  • Fotografías: Cristóbal Arjona

 

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