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Bentley ha querido en esta tercera generación, acercarse a un público un tanto más joven y sibarita, es por ello que ha dotado al Continental GT y GTC de propulsores V8, para crear, por así decirlo una gama de acceso a la marca, dejando como una opción menos racional al poderoso e icónico motor W12. Son pocas las diferencias que podemos encontrar entre ambas versiones, entre ellas, los logos que encontramos en las aletas delanteras, así como la doble salida de los escapes o los nuevos faros Matrix LED.

Gracias a la cortesía del Concesionario Bentley Barcelona, nos hemos puesto al volante del Bentley Continental GTC V8, uno de los convertibles más bellos y exclusivos del mundo, con el que recorrimos la ciudad de Barcelona, para llevar a cabo nuestra prueba a la vez que para fotografíar a esta unidad de prensa en lugares de interés de la Ciudad Condal.

Cuando Bentley desveló el nuevo Continental GT en 2018, fruto de aquel prototipo EXP 10 Concept 6 que presentara en el Salón de Ginebra de 2015, su diseño de líneas actuales y ágiles, que mantenían la atemporalidad y refinaban aún más su concepto de lujo, causaron sensación en este renovado Gran Turismo, que enfatiza más si cabe, su belleza en el modelo convertible a la vez que la experiencia de conducir con una sensación de libertad y expansión absolutas.

Las elegantes líneas curvas que sellan la inconfundible personalidad del Bentley Continental GT destacan ahora más en el Convertible gracias a unas finas aristas que le confieren un toque más deportivo, siendo el resultado de la inspiración que el diseñador Stefan Sielaff obtuvo tomando como modelo el exclusivo avión Spartan 7W Executive de los años 30. La exclusiva tecnología Superforming, que consiste en calentar el aluminio hasta 500º para poder moldear las piezas con gas a presión, ha permitido hacer realidad formas tan bellas como las aletas posteriores del Continental GT Convertible. 

El Bentley Continental GT Convertible ha aligerado su peso en unos 80 kg merced al uso de una plataforma modular MSB del Grupo VAG, utilizada en el Bentley Bentayga o el Porsche Panamera, lo que además ha permitido adelantar en 135 mm el eje delantero. En el caso de esta versión con motor V8, el peso total se contiene hasta los 2.335 kg, frente a los 2.414 de la versión con motor W12.

El conjunto estético es una obra de arte, comenzando por su característica gran parrilla cromada del frontal, que cuenta ahora con unos cantos más angulosos, que incluyen cuatro faros con unas extraordinarias ópticas de cristal tallado y proyectores de 82 leds por faro y sistema de matriz Hella que adapta automáticamente el haz de luz.

Su lateral es de una armonía difícil de superar, pues a la atemporalidad de sus líneas fluidas se une una nervadura de media cintura que comienza en la base del paso de rueda delantero y discurre hasta la zaga, dónde el ejercicio de simetría es notable y en el que destacan las dobles salidas de escape propias de esta versión V8. Las soberbias llantas de aleación de 22” Mulliner en color negro brillante, son los perfectos zapatos para un smoking que embellece a esta perfecta silueta.

Sus cotas de Gran Turismo son justificadas, con 4,85 m de largo, 1,94 m de ancho y una batalla de 2,85 m que permite dos plazas delanteras generosas y cómodas y dos traseras prácticas, si bien no tan confortables. El maletero queda algo pequeño (235 litros) debido al espacio reservado a la capota plegable.

El habitáculo es un recital  una oda al lujo, cuya exclusividad empieza por las pieles utilizadas para el tapizado, elegidas a mano de rebaños que pastan muy por encima del nivel del mar en el norte de Europa, gracias a lo cual,  de forma natural quedan libres de las picaduras de insectos que de otro modo podrían dejar imperfecciones en el cuero. El color negro del tapizado, en combinación con las costuras en color azul, así como los laterales de las puertas que además incluyen un acolchado exclusivo, con bordados “diamond-in-diamond” (que precisan de 712 puntadas para su confección y 18 días de trabajo), forman parte de la especificación Mulliner.

Los cualificados artesanos de la factoría de Crewe tratan con esmero las pieles para el tapizado de los asientos y las maderas para los paneles de las puertas con el fin de que todas las piezas y elementos se ensamblen a la perfección, con lo que la insonorización alcanza cotas inigualables. Y si hablamos de insonorización, el Convertible logra un grado de silencio en el habitáculo que poco se diferencia de un coche con techo convencional. Oculta bajo el capó posterior, la capota tricapa se puede desplegar en marcha hasta 50 km/h en menos de 20 segundos mediante un botón.  La capota está disponible en siete colores para el exterior y siete para el interior, incluido un auténtico acabado en tweed para la cara exterior.

Para maximizar el confort de los pasajeros cuando la capota está plegada, los asientos a la altura del reposacabezas incorporan un silencioso “calienta cuellos” totalmente integrado que permite ajustar el caudal de aire dirigiéndolo hacia la zona del bulbo raquídeo, centro neurálgico de nuestro cuerpo.

El interior del Continental GT Convertible rezuma refinamiento y sofisticación allí donde uno mire. Tras el volante multifunción, un novedoso cuadro de instrumentos digital de dos esferas muestra cualquier información que desee visualizar el conductor. A su derecha, una pantalla táctil giratoria de 12,3” (llamada Bentley Rotating Display) permite gestionar el sistema de “infoentretenimiento” compatible con el sistema Apple CarPlay y otros parámetros del coche totalmente configurables. Con tan solo pulsar un botón, encontramos otra vista justo por debajo, con tres relojes analógicos (termómetro exterior, brújula y cronómetro) que evocan a los Bentley de Antaño.

Las diversas molduras que adornan de lado a lado todo el salpicadero se finalizan enteramente a mano y muestran un acabado bitono, conformado  por unos paneles en un color negro profundo, con el efecto de un espejo aplicado a una fina chapa de nogal; es el llamado “Piano Black” que recuerda a los impresionantes pianos de cola, brillantes como joyas de azabache.

Situado entre dos salidas de aire, un reloj firmado por Breitling remata la pantalla y se une a la consola central, que acoge el cambio y el sistema de control de la climatización. En la parte más baja de la consola y junto al selector del cambio, encontramos el mando Bentley Dynamic Ride que nos permite cambiar los modos de conducción (Sport, Bentley, Comfort y Custom), así como para gestionar el encendido del motor V8.

El Continental GTC V8, cuenta con múltiples dispositivos tanto de asistencia a la conducción como de seguridad activa y pasiva del vehículo, llevando al extremo una inacabable lista que incluye algunos dispositivos destacables como el control de crucero adaptivo, alerta de cambio de carril, “park assist”, alerta de peatones, sistema de reconocimiento de señales de tráfico, sistema Night Vision, Head-up display o el ACC entre otros.

Más arriba señalábamos la lograda insonorización del habitáculo, lo que permite disfrutar de la música como si estuviéramos en una sala de audición. Bentley ha configurado tres equipos de sonido: el estándar, un segundo firmado por Naim, con un amplificador de 2.200W de potencia y 18 altavoces distribuidos por el habitáculo (equipado en esta unidad), y una tercera opción, denominada BeoSonic, de Bang & Olufsen, con cuatro ambientes de audio diferentes (Brillante, Cálido, Energético o Relajado), gracias a sus 16 altavoces y un amplificador de sonido de 1.500W.

El bloque motor del Bentley Continental GT Convertible es un poderoso y conocido V8 Twin-Turbo de 4.0 litros que desarrolla una potencia de 550CV a 6.000 rpm y entrega 770 Nm de par motor desde las 2.000 y hasta las 4.000 rpm. Cuenta con el sistema de desactivación selectiva de cilindros, lo que ayuda a velocidad de crucero a contener los consumos, siendo fácil ver cifras por debajo de los 10 litros en el ordenador de abordo.

La perfecta asociación a una caja de cambios ZF de 8 velocidades, permiten sacar un rendimiento óptimo al conjunto mecánico, al que también se une un sistema de tracción inteligente que distribuye el reparto de potencia entre los dos ejes en una relación de 40:60 derivando hasta un 83% al tren posterior en función del modo de conducción preseleccionado, de modo que los 770 Nm de par motor se transfieren al asfalto con absoluta precisión y sin sobresaltos.    

Sus prestaciones son más bien las de un deportivo, donde los Gentleman Drivers, disfrutarán de una aceleración que permite lanzar al Continental GTC V8 de 0 a 100 km/h en tan solo 3,9 segundos para llegar a una velocidad punta de 318 km/h. Lanzado a estas vertiginosas velocidades, el comportamiento dinámico ha de ser impecable; los frenos responden magistralmente y sin fatiga gracias a unos discos delanteros de 420 mm con pinzas de 10 pistones y de 380 mm para los traseros.

En cuanto a la suspensión, y teniendo en cuenta el volumen y peso de este modelo, se han incorporado como importante novedad unas barras estabilizadoras activas con un sistema de 48 voltios situadas en ambos ejes encargadas de minimizar los balanceos de la carrocería. Los brazos de suspensión son de aluminio, con muelles neumáticos y tres cámaras de aire en lugar de una sola. Este detalle hace que en modo Comfort, los valores de absorción de impacto aumenten un 60% respecto al modelo anterior, absorbiendo cualquier irregularidad del asfalto y permitiendo experimentar un elevadísimo grado de confort.

Los tres modos de conducción preconfigurados (Comfort, Bentley y Sport) no son meras variaciones en las prestaciones, sino que consiguen variar visiblemente el estilo de conducción. El modo Comfort está pensado para disfrutar de horas y horas en carretera, con un confort exquisito, sintiendo como si se flotara sobre el asfalto. El modo Bentley es adaptativo: de forma automática, en milisegundos se anticipa al comportamiento del conductor, y modifica la entrega de potencia según el uso del acelerador, mostrándose más o menos deportivo. Por último, en el modo Sport podemos jugar a ser pilotos, abriendo la jaula de la bestia y dando rienda suelta al majestuoso motor V8 cuyo ronroneo al ralentí nos hace entrever la musicalidad de su espíritu deportivo.

Es aquí cuando las barras estabilizadoras se emplean a fondo, para abordar curvas cerradas sin miedo a subvirar. En estas, la agilidad del Continental GT Convertible traza con una firmeza como si fuera sobre raíles ofreciendo un guiado y un aplomo increíbles, incluso de una forma más precisa que la versión con el motor W12, dónde quizás el exceso de peso no juegue tan a su favor.

Al volante, uno se percata de que muy pocos coches proporcionan el nivel de satisfacción del nuevo Bentley Continental GT V8 Convertible. A la sensación única de sentir plena libertad al aire libre con la capota retraída, se unen un equilibrio perfecto entre confort y lujo, llevados al límite con exquisita elegancia y refinamiento, combinados con un comportamiento dinámico que permite una conducción placentera o elevadas cotas de deportividad.

Es difícil valorar a un coche cuando te enamora, y más todavía a un Bentley, donde básicamente todo es perfecto y está pensado para ofrecer a su propietario una experiencia dónde los cinco sentidos tienen cabida.

Agradecimientos

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